-
Arquitectos: Chetecortes; Chetecortes
- Área: 410 m²
- Año: 2015
-
Fotografías:Nadia Riva
-
Proveedores: Masisa, Aquazul , Decorcenter, Masterplan, Metal Express, Rocalisa
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El terreno está en pendiente en un cerro rocoso alejado de la playa, tiene forma trapezoidal (471.9m2) y limita en los laterales con 2 lotes vecinos. La casa es creada en niveles (Terraza 1 y 2, sótano, Primer y Segundo Piso) para aprovechar la vista del mar, no sólo en forma horizontal sino también verticalmente.
Hace 15 años atrás, no existían casas de playa en el sur de Lima, las personas pasaban el verano y festividades realizando campamentos. Las familias y amigos se reunían y armaban carpas para dormir alrededor de un espacio central, donde se ubicaba la parrilla, el comedor y la fogata. Las personas caminaban descalzas de día y de noche, podían sentir la temperatura y textura de la arena, el frío y el calor. Alrededor del espacio central, se juntaban hasta altas horas de la noche para disfrutar del exterior (mar, estrellas, fuego y amistades), se realizaban comidas, fiestas y conversaciones.
Con el crecimiento económico del país, fue mejorando el poder adquisitivo de las personas y con esto se fueron creando proyectos inmobiliarios de viviendas de playa. Las casas mejoraron las condiciones de vida y recreación, pero también se alejaron del significado de vivir en la playa, se perdieron costumbres, espacios y momentos de reunión con la familia.
La casa es creada para rescatar del pasado, espacios y momentos olvidados por la modernidad, experiencias vividas en los campamentos y que ahora, al estar dentro de una construcción de concreto, se suelen perder por los nuevos materiales, en los que ya no se considera la arena y las estrellas parte de ellas.
Sin embargo, el concreto y el ladrillo no tienen responsabilidad alguna, sino nosotros, los arquitectos que nos olvidamos para qué y para quién diseñamos.