- Año: 2015
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Fotografías:Ryan Debolski
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Proveedores: AllRout
Descripción del arquitecto. Este pabellón fue diseñado para pintarse...
Concebido como una pintura habitable en la forma de una casa, la forma familiar del pabellón difumina las superficies entre las paredes de un edificio y la pintura que aparece en ella.
La forma del pabellón presta una identidad reconocible como una pieza de arquitectura doméstica, en la cual el arte cuelga de sus paredes, asumiendo la identidad de la estructura al sobrepasar a la casa y la difuminación de los límites entre el arte y la arquitectura.
De este modo, el pabellón desafía las típicas maneras de exhibir el arte, debido a la inversión de la jerarquía, por lo que las pinturas normalmente son colgadas en las paredes. Aquí el pabellón emerge de entre los pliegues de la composición de la pintura misma. Resultando una figura ambigua, casi una casa, casi una pintura, una escultura tal vez, pero no en el tamaño correcto.
En el exterior, la pintura sangra a través de la superficie como una serie de líneas grabadas. Los grabados se asemejan al típico revestimiento exterior, mientras que en otras ocasiones se transforman en líneas serpenteantes que dan vuelta a los pliegues del pabellón.
El pabellón está construido en dos mitades simétricas en un marco de acero con ruedas industriales provenientes de Detroit y está diseñado para ser abierto dividido a lo largo de una costura central. Cuando se abren las dos mitades se crea un espacio en el medio, lo que permite al entorno circundante fluir al interior del pabellón, y cuando está cerrado crea un ambiente interior de inmersión, que es ópticamente difícil de comprender.
El pabellón también pretende mostrar el proceso de colaboración en sí. Formalmente, el pabellón fue diseñado para actuar como una obra de arte y como arquitectura habitable, cuya forma se extrae de las estrategias compositivas del pintor y de la forma de hacer las estrategias del arquitecto.
El proceso de colaboración consistió en la integración de la forma del arquitecto y la composición del artista. Cada colaboración trabajó simultáneamente con líneas de patrón de pliegues y la integración de ambas en un solo campo de inmersión.
Los bocetos a pequeña escala fueron ampliados la escala de un edificio en un acto -de otro modo- absurdo, y se fabrican a escala doméstica de una casa. Esta nueva síntesis en el pabellón sirve para difuminar los límites y encontrar nuevas posibilidades de experiencias entre el arte y la arquitectura.
El pabellón fue construido para ser el patrón de una estructura de madera en 16 pulgadas de separación, se unió con placas de refuerzo de acero cortadas con láser. Los paneles de contrachapado de abedul fueron mecanizadas con ranuras en el exterior donde presentan la composición subyacente de la pintura interior.
Los visitantes de la galería observan obras de arte planas colgadas en las paredes, y cuando se encuentran con el pabellón independiente, son invitados a entrar en el interior donde se sumergen en una pintura del espacio de 3 dimensiones. En el exterior, los usuarios exploran los pliegues ondulados de las superficies de madera contrachapada. Se asoman a través de pequeñas ventanas situadas extrañamente dentro de los grabados de composición del exterior. Cada una de las aberturas individuales enmarca una perspectiva única del interior del pabellón, algunos bajos y otros en altura, creando una variedad de puntos de vista únicos, extraídos de una única composición a base de perspectivas privilegiadas en el espacio.