En el centro de Bogotá se iza imperioso el Conjunto Residencial Calle del Sol. Como resultado de la recuperación de un pedazo de historia, este edificio se ha convertido en un símbolo majestuoso del patrimonio arquitectónico y cultural bogotano. Dentro del entorno colonial del barrio La Candelaria, esta fortaleza neogótica se fusiona con la “exquisita modernidad de fin de siglo” donde el contraste y la constante remembranza de su estilo, lo convierten en un complejo habitacional excepcional en la ciudad.
Esta edificación fue proyectada hacia 1917 por R. P. Juan Bautista Arnaud y aunque su construcción no fue finalizada en el momento previsto, se edificó para albergar al Seminario Mayor de Bogotá, una institución educativa para curas. El nombre que recibió fue dado por su localización sobre la calle 12 o Calle del Sol, entre las carreras cuarta y tercera. ”Lo cierto es que cada propietario cuenta con un trozo de historia arquitectónica en sus manos, porque los muros y las estructuras originales se conservaron intactos y hacen parte integral de los apartamentos, imprimiéndoles un estilo propio y acogedor” explicó en su momento, Rodrigo Rubio, arquitecto encargado de su restauración en un reportaje de la publicación colombiana ‘Semana’, publicado en 1992.
Bajo el gobierno de José Vicente Concha y como reflejo de los acentuados hábitos religiosos bogotanos, se creó esta institución que posteriormente se transformó en el Convento de las monjas Clarisas. En 1945, bajo el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, se instalan allí las oficinas del centro de operaciones del Servicio de Inteligencia Colombiana (SIC), actual Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), cuya función atribuyó a la historia del edificio algunas especulaciones sobre prácticas de tortura y encarcelamiento en los sótanos, como es el caso del líder sindicalista Manuel Marulanda Vélez y el industrial Felipe Echavarría O. ,indicado en la publicación colombiana en ¨ El Espectador¨, publicado en 2008.
Aunque fue sobreviviente del Bogotazo, toma civil urbana que inicia la época de la ¨violencia¨ el 9 de abril de 1948, tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, considerado uno de los acontecimientos más importantes para la historia colombiana; el edificio sufrió una considerable época de abandono, alrededor de unos 20 años. Hacia 1980 con la intención de convertirlo en el Archivo General de la Nación, Colcultura adquirió la edificación, iniciativa que fue abandonada tras pasar un año debido a la ineficacia de las instalaciones para la resolución del estricto programa que requería el archivo.
Finalmente, tras unos años de encontrarse en desuso, un grupo de inversionistas colombianos y extranjeros decidieron hacer una remodelación total del complejo. La adquisición del predio fue resultado de permutar, con el Banco Central hipotecario, un lote en el sector de Santafé, quien apadrinó la financiación del proyecto. Liderado por la firma colombo-española Patrimonio Urbano, en 1987 se le otorgó a Rubio y Gómez LTDA, compuesta por Arturo Robledo, Paulino Gómez y Guillermo Rubio, su restauración y la debida reconversión a un uso habitacional. Construcción que finalizó en 1992.
Debido a la consolidación del centro de Bogotá como un foco político, económico, social y cultural de la ciudad; el complejo habitacional Calle del Sol actualmente se encuentra circunscrito en un contexto donde el desarrollo de estas actividades permiten contemplar las huellas de la transformación urbana que ha vivido el centro fundacional bogotano. El edificio mismo propicia por medio de un mirador, el encuentro entre la imagen cultural y patrimonial del barrio de La Candelaria y las recientes intervenciones urbanas producto de una nueva concepción de ciudad; una arquitectura contemporánea que atiende a los planes de ordenamiento territorial enfocados en la densificación del centro, donde se le apuesta al crecimiento en altura.
Desde Calle del Sol, y con vista a los cerros orientales de Guadalupe y Monserrate, se destacan la Iglesia de Egipto y la Iglesia de la Peña, seguido al costado norte La Universidad de la Salle, La U. Externado, U. de los Andes, U. Jorge Tadeo Lozano, U. Central y U. El Rosario, conformando el corredor universitario del centro de Bogotá. Al costado occidente se observa la Biblioteca Luis Ángel Arango, el convento de los Agustinos, el Banco de la República y el Centro Cultural García Márquez, conformando el distrito cultural de Bogotá. Mientras que hacia el Sur, se distingue la iglesia de la Candelaria y la Iglesia Salesianos.
En el interior, el proyecto se desarrolla en torno a un patio de forma rectangular llamado Plaza Gótica, espacio de uso comunal que cuenta con un área de 1.200 metros cuadrados. El espacio abierto del patio es paramentado por la llegada de la fachada al suelo por medio de arcos ojivales y columnas que emergen de esta. Esto genera una relación intermitente entre el exterior y la circulación perimetral, otorgándole una entonación eclesiástica al recorrido. Si bien hay una clara distinción entre la fachada interior y exterior, ambas poseen un remate almenado como las terminaciones de las murallas medievales, a las que se le atribuían una funcionalidad de parapeto defensivo o fortín.
Además del patio, cuenta con una variedad de áreas cubiertas de uso colectivo como el salón comunal, la lavandería, dos ascensores, dos porterías y 6 locales comerciales. Responde a estrato 1 con un área total de 10.000 metros cuadrados, de los cuales 2.000 metros cuadrados son de parqueaderos (estacionamientos) resueltos en dos niveles, dentro de los cuales 15 están asignados a los visitantes de la obra. Se plantearon los dos niveles para nivelar la estructura original y compensar el significativo desnivel de siete metros desde la carrera 3 hasta la carrera 4.
De los 71 apartamentos, 4 son de 1 piso, 64 son dúplex y 3 son triplex, 9 de ellos ubicados en una nueva construcción y 62 se adecuaron en la parte antigua. Estos están catalogados en tres tipos:
-
Esquineros: tienen una terminación en punta hacia el área social con doble altura.
-
Los medianeros: poseen una decoración especial debido a los rosetones originales de la fachada.
-
Primer piso: tienen un patio interior, poseen vitrales y espacios abovedados en los accesos interiores.
Se procuró mantener al máximo la estructura original, redistribuyendo al interior el programa de vivienda. Hay apartamentos de una y dos habitaciones, que oscilan entre los 77 y 140 metros cuadrados, compuestos por dos niveles, permitiendo una distribución que separa las actividades privadas de las sociales. En la primera planta se encuentran las áreas sociales independientes entre ellas: cocina, sala y comedor. En la segunda planta se encuentran las habitaciones, servicio de baños y estudio o sala de estar que se encuentra direccionada al vacío de la doble altura con miras a la fachada.
En cuanto a la materialidad, todas las viviendas fueron entregadas con los mismos acabados. ”Se utilizó una tecnología constructiva contemporánea, de prefabricación liviana de los entrepisos, recuperando los espacios abovedados que hacían parte de la estructura inicial” asegura Rubio. En cuanto a las puertas, escaleras, barandas y bibliotecas se implementó cedro y perillo. En los pisos del primer nivel se utilizó cerámica, en los mesones de los baños mármol y la implementación de un material posformado en los estantes de la cocina y se mantuvo la organización curva de ladrillos en las bovedillas.
El constante diálogo entre el pasado y el presente, latente en la imagen y experiencia que promueve el complejo residencial Calle del Sol, resalta la importancia de la conservación del patrimonio arquitectónico y permite perpetuar la identidad bogotana, desde el reconocimiento de nuestros aciertos y desaciertos.