La historia que se esconde tras la fachada de estilo Art Nouveau del Teatro Faenza en Bogotá encierra momentos de gloria y miseria. Esta edificación, ícono de la arquitectura bogotana, fue construida en el año 1924 en la calle 22 con carrera quinta, en el centro de la ciudad. En el año 1922, Cementos Samper contrata al arquitecto Arturo Tapia y al ingeniero Jorge Muñoz para la ejecución de un proyecto cuyas primeras proyecciones habían sido efectuadas por el arquitecto Ernesto González Concha. En el predio (lote de 4.000 varas cuadradas) que ocuparía la construcción, funcionaba desde 1900 la Fábrica de Losas Faenza de donde tomará el teatro su nombre.
El Faenza se constituyó como uno de los teatros más emblemáticos de la ciudad en la difusión de una gran variedad de espectáculos culturales que arribaban a la ciudad a mediados de la década: zarzuelas, operetas, presentaciones musicales y el cinematógrafo. De hecho, este fue el escenario para el estreno del primer largometraje colombiano, La tragedia del silencio, producción llevada a cabo por Los Acevedo, familia pionera del cine nacional.
Además de su importancia en la divulgación cultural y artística, el teatro representó una innovación tecnológica en cuanto a la implementación de hormigón y ladrillo en su construcción; esto marcó un cambio perceptual de la población frente a la representación de la materialidad en las construcciones edilicias gubernamentales y el referente institucional como imaginario se amplió a otro tipo de edificaciones de uso colectivo. Se empieza a evidenciar un tránsito en el estilo arquitectónico de la ciudad que iba dejando atrás la herencia republicana.
Hacia mediados de siglo XX, la decadencia del teatro fue inminente debido a la expansión urbana que sufrió la ciudad y los desplazamientos poblacionales del centro hacia las periferias. Esto produjo una significante inasistencia de su público lo que conllevó al retiro del patrocinio estatal para su mantenimiento. El Faenza llegó a convertirse en un cine de baja categoría en donde se proyectaban películas pornográficas. Hacia los años 70 ́s, fue hallado un sótano en donde se encontraron implementos de tortura y rastros de sangre, lo que construyó la leyenda urbana de que allí se habían llevado a cabo violaciones, torturas y otros crímenes con el fin de filmarlos para películas ̈snuff ̈.
Tras esta crítica etapa, en el año de 1975, el edificio es salvado de su demolición al ser declarada Patrimonio Nacional y hacia 1997 se rectificó como Bien de Interés Cultural por Planeación Distrital.
A comienzos del 2002, se emprendió un proyecto de estudio sobre el estado de la edificación y la respectiva restauración que evidenció el valor patrimonial del inmueble. Se halló, bajo 30 capas de pintura, entre otros valores, murales originales del artista suizo Luigi Romelli, materiales alemanes empleados, al igual que “la pintura de una decoración que emplea desde motivos clásicos hasta diseños art déco” en su diseño interior.
El trabajo de restauración fue asumido por la Universidad Central que, en el 2007, entrega el teatro restaurado en su totalidad desde su estructura, sus murales y la impactante fachada que emplea el mencionado estilo Art Nouveau. Esto posiciona al Teatro Faenza como una de las únicas cinco edificaciones representativas de este movimiento arquitectónico en América del sur de acuerdo a la declaración de la Unesco. Finalmente, con motivo de sus 90 años, el pasado 3 abril de 2014, se organizó la proyección de 19 películas de los años 20.
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Arquitectos: Arturo Tapia, Jorge Muñoz y Ernesto González Concha; Arturo Tapia, Jorge Muñoz y Ernesto González Concha
- Año: 1924
