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Arquitectos: Daniel Valle
- Área: 320 m²
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La relación entre padres e hijos está en constante evolución durante los años que el núcleo familiar comparte el mismo espacio vital. Esta relación pasa de una total dependencia durante los primeros años de vida de los hijos hasta la total independencia momentos antes de abandonar el hogar familiar.
Así pues, ¿cómo organizar una vivienda y sus diferentes espacios si esta relación es siempre cambiante?
El proyecto responde a esta cuestión de manera ambigua intentando no fijar una organización clara de los espacios que responda a un estadio específico de la relación entre padres e hijos. Por lo tanto, la vivienda se articula entre un espacio común a compartir por toda la familia en la primera planta y dos áreas independientes en las plantas superiores que separan la zona de los padres de la de los hijos.
Esto queda reflejado en una volumetría exterior que es a la vez un único volumen y a la vez dos piezas separadas mediante un corte diagonal. La localización de la circulación vertical en el centro de la vivienda refleja al interior la división entre padres e hijos siendo esta cambiante según nos referiríamos a la segunda o tercera planta.
El corte en la volumetría que marca la circulación vertical permitirá la entrada de luz natural a las zonas de circulación y al corazón de la vivienda a través de un gran ventanal orientado a sur. Las escaleras cambian de desarrollo a lo largo de la sección pasando de tener un desarrollo recto en el primer tramo a uno curvo en el segundo.
La inclinación del terreno en el solar se aprovecha para situar el acceso al aparcamiento en semi-sótano en la zona de cota inferior del solar. Para facilitar la maniobrabilidad en el acceso de vehículos se decide retranquear la vivienda dos metros en la cota del aparcamiento dejando el resto de la fachada norte de la vivienda en voladizo.