-
Arquitectos: Luís Pedro Silva Arquitecto
- Área: 17500 m²
- Año: 2015
-
Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
-
Proveedores: Cement Design, Sika, Effisus
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Terminal de Cruceros de Porto es un pequeño complejo portario, iniciativa de la Administração dos Portos do Douro e Leixões, situado en el embarcadero del sur en Matosinhos, Portugal. La definición estratégica del nuevo terminal de cruceros tenío un doble objetivo: mejorar la eficiencia comercial y crear una mejor integración urbana. Es por eso que el proyecto integra nuevos edificios, trabajos de atraque y espacios exteriores con vocación pública. El edificio principal contiente varios componentes programáticos: terminal de cruceros, instalaciones para la marina, Parque de Ciencia y Tecnología del Mar de la Universidad de Porto, salas de eventos y un restaurante.
El equipo responsable del proyecto de arquitectura también coordinó un equipo importante compuesto por las disciplinas de economía, durabilidad, transportes, entre otras. El proyecto se desarrolló durante varios años con condiciones formales, programáticas y de asentamientos.
El trabajo se dividió en tres etapas, con las primeras dos ya concluídas, en nuevo muelle y el edificio principal. La última etapa integra una piscina reflectante en el centro del edificio principal y una calle que conecta a la ciudad, la marina, y que trabaja sus fachadas y la configuración de un pequeño edificio de apoyo.
La propuesta, que depende en gran medida en el edificio principal, se encuentra en el borde sur del embarcadero del puerto, en el Océano Atlántico, a 750 metros de distancia de la ciudad de Matosinhos y 10 km a través de río-mar o carretera de Porto Ribeira, el punto turístico más solicitado. Constituye un nodo entre las 3 direcciones principales: el nuevo muelle de cruceros, la nueva marina y la nueva calle que une a la ciudad. Recibe y envía despachadores y direcciones a estos tres "motivadores", ya que incluye salas de salida y llegada y las instalaciones de la marina, y en el lado de tierra el Parque Científico y Tecnológico del Mar de la Universidad de Oporto, y otra funciones como espacios para eventos, un pequeño restaurante y estacionamiento.
Encantado por la curva de los embarcaderos, el compromiso y rol intermediario, enlaza las curvas generando la prolongación de sí mismo en la forma de tres tentáculos exteriores y un cuarto que cae hacia el interior, en una rampa helicoidal que conecta las funciones interiores dentro de un espacio de cuatro alturas. Los brazos exteriores se desenrollan y llevan a los investigadores al nivel de la orilla del mar, de la salida de cruceros y a una pasarela elevada que lleva a la playa o a la ciudad de Matosinhos.
En el interior, la sucesión de funciones organiza el espacio en turnos múltiples, siempre diversos pero dentro de una simbiosis en el que el arco, los materiales, y la luz construyen una unidad singular. Esta unión se refuerza por el núcleo central, un espacio de altura cuádruple.
El edificio no es muy grande, sobre todo si se compara con los barcos de crucero que puede albergar. Desde el lado de la playa, uno puede darse cuenta de que su lugar es claramente el interior del puerto de Leixões, de tal manera que se enfrenta hacia el embarcadero, sin revelar ninguna abertura y declarando una fachada ciega y misteriosa. La cubierta y la hoja, inclinada, otorga su perfil de personalidad. La gran cubierta toca ligeramente la pared de granito. Desde lejos el edificio es leído por su volumetría y por el ondulado con matices de fantasía en relación con la luz y la atmósfera. Los arcos y su textura apelan a la proximidad, implican movimientos y el cuerpo invita al tacto. En la cubierta accesible, la tierra y el océano se reunen.