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Arquitectos: Wim Heylen
- Área: 268 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Stijn Bollaert
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa unifamiliar se encuentra en Nazareth, una municipalidad en la provincia belga de East Flanders. Se sitúa en una calle que contiene una variedad de tipologías y se ubica cercana a una gran laguna natural. El sitio se caracteriza por su profundidad que se prolonga desde la zona permitida para construir hasta un área de densa y frondosa vegetación. La idea principal detrás del proyecto es entregarle a los dueños una vista privilegiada sobre los árboles y utilizar la orientación para optimizar la iluminación natural acorde a los distintos usos de los espacios.
Se optó por no competir con los estilos de la arquitectura adyacente, para crear un discreto edificio de un piso que hace referencia a la antigua construcción demolida. La planta de la casa refleja las lineas divisorias del predio y por lo tanto se abre gradualmente hacia el fondo, logrando así que el ángulo de visión sea maximizado.
Los espacios de uso diurno yacen perpendiculares al límite oeste con aperturas que capturan el sol de la tarde, mientras que los dormitorios se encuentran perpendiculares al lado este y acogen la luz de la mañana. Los encuentros de estos ángulos se resuelven con tres hitos en planta.
El primero, un patio interior en el corazón de la casa, ilumina los sectores más cerrados. Visualmente conecta el acceso, el escritorio y el hall, que se disponen alrededor del patio según su necesidad de privacidad. Debido a su forma irregular los rayos solares se reflejan en distintas direcciones iluminando las habitaciones adyacentes, y además su recorrido circular incentiva los juegos infantiles de los niños que se persiguen en círculos.
En segundo lugar un volumen triangular separando el estar y el dormitorio principal funciona simultáneamente como chimenea y closet. Su forma se traduce hacia arriba en la salida de la chimenea siendo el único elemento que aparece sobre el techo. Finalmente otro volumen triangular de aire y luz proveniente de una apertura cenital marca el acceso y permite a los visitantes entrever las copas de los arboles vecinos.
La fachada trasera se abre hacia el jardín con una marquesina, terraza y estanque de concreto. Estas piezas de la arquitectura construyen la transición entre el interior y el exterior. Las diferentes líneas del plan que crean la cubierta están pensadas para proyectar la mayor sombra posible cuando el sol está en el punto más alto. En el cruce de los ejes la fachada se dobla alejando entre ellas las ventanas del área publica y privada, de esa manera ambas se benefician de las misma vista sin comprometer la intimidad de las habitaciones. El estanque y las persianas de aluminio del dormitorio principal también aportan en ese ámbito.
A pesar del tamaño, la casa hace una modesta aparición desde la calle. Visto desde el jardín evoca una atmósfera de casa de vacaciones de tiempos pasados, con su follaje, chimenea e incluso un lugar donde se acumula la madera para el fuego.