En 1949 se inauguró en Medellín (Colombia) una de las construcciones más bellas y modernas del país. Realizado por la firma Vieira Vásquez Dotheé Arquitectos, el edificio de la Naviera Colombiana -a través de su singular volumetría, determinada por las curvas esquineras y la ventanería corrida- logra hacer una clara alusión a las proas de los barcos de vapor pertenecientes a la empresa de navegación fluvial, clara representación del imaginario de progreso en la ciudad industrial de la época.
El edificio se emplaza en un estrecho lote triangular de esquina entre la carrera Palacé y la Avenida Primero de Mayo, en pleno centro de la ciudad. Por sus condiciones de emplazamiento no puede ser entendido como una obra arquitectónica aislada, sino como parte de un proyecto urbano alrededor de la plazuela Nutibara. Un proyecto urbano impulsado por la Sociedad de Mejoras Públicas que contemplaba el cubrimiento total de la quebrada Santa Elena -entre las carreras Palacé y Bolivar y entre las calles Calibío y Maracaibo- y la construcción de varias obras arquitectónicas importantes alrededor, como el Hotel Nutibara, para consolidar un nuevo centro urbano que aportara a la construcción de una "moderna Medellín".
Los arquitectos querían trasladar a la forma construida el aura burgués y de buen gusto que conservaba la idea del barco a vapor, como el vehículo en el que se paseaba la elite local entre Puerto Berrío y la Costa Caribe. Con expresivas líneas curvas presentaron el dibujo inicial de su proyecto, que mostraba un edificio en forma de proa de barco, con ventanas circulares, ocho pisos de balcones volados con barandillas, una cabina de mando a lo largo de la cubierta y en la punta de la proa la bandera de La Naviera en todo su esplendor.
En los dibujos posteriores y durante la construcción de la obra, la imagen literal del barco fue acentuada, manteniendo la línea curva de la esquina que da la idea de proa se reemplazaron las ventanas circulares de la fachada por franjas horizontales de vidrio. Las franjas horizontales de la fachada que se abre a la plazuela Nutibara son atravesadas por una franja vertical que separa la parte delantera de la central cuyos balcones son retrasados como respuesta a los rayos del poniente; la fachada sobre la carrera Palacé se conserva plana.
El primer piso fue pensado para estar en contacto directo con la calle y el espacio público, aunque posteriormente se instalaron cortinas metálicas por motivos de inseguridad. Se conservan todavía algunos detalles de la construcción original, como el piso rojizo en granito pulido con la rosa de los vientos grabada en algunos puntos y la carpintería metálica de sus dos puertas de acceso, vaciadas en aluminio, con un gran trabajo decorativo aplicado a altorrelieves y medallones incrustados con escenas alusivas al comercio fluvial y algunas cruces al estilo Templario.
El edificio fue terminado e inaugurado en 1949. Sin embargo, para 1954 la compañía cayó en bancarrota y se vio obligada a vender el inmueble al Departamento de Antioquia, y pasó a llamarse "Edificio Antioquia"; aún sobre la franja vertical de la fachada que se abre a la plazuela, queda el espacio del escudo de La Naviera, que fue retirado de su lugar en 1955.
En los años posteriores a su venta, el edificio fue ocupado por la Oficina de Rentas Departamentales, La Fiscalía y la Lotería de Medellín. Posteriormente estuvo abandonado hasta el 2006, año en que fue declarado bien de interés cultural de la ciudad y luego fue entregado en comodato a la Universidad de Antioquia, quien hoy lo tiene a su cargo.
La edificación cuenta con un área de 4.500 m2 dividos en 8 pisos y un mezzanine (mezanina). Mientras que sus fachadas son de piedra bogotana y su estructura incorpora el uso del hormigón armado.
Algunos estudiosos de la arquitectura de la ciudad como Diego López, arquitecto y docente de la sede de Medellín Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional, comparten la idea de que la importancia de este edificio radica en la lección urbana que le da a la ciudad. Así lo afirma López Chalarca en entrevista con el periódico El Mundo.
Su implantación obliga a dar respuesta no solo al programa de necesidades propio de su carácter de edificio de oficinas sino que además le implica ordenar la forma del espacio urbano. Responder a la continuidad del alineamiento en la carrera Palacé, continuar la sinuosidad del trayecto de la quebrada Santa Elena, abrir la posibilidad de la formalización de la Plazuela Nutibara y desde la distancia, establecer un perfecto discurso urbano con el posterior edificio del hotel Nutibara, para generar la senda que entrega la Avenida Primero de Mayo a su hermana gemela, la Avenida de Greiff
El gesto urbano que establece con sus dos accesos encontrados y la intención de integrar su primer nivel con el espacio público, han perdurado en el tiempo. La forma emblemática y el simbolismo de la construcción no desaparecen, La Naviera es una prueba de que los edificios potentes siempre conservan la capacidad de mutar su vocación, de acoger múltiples procesos y soportar los abusos del uso y del tiempo.
Como bien concluye Luis Fernando González, profesor de la Universidad Nacional en su aparte sobre el edificio para la revista de la Universidad de Antioquia, el edificio de La Naviera: "sigue siendo una proa, aunque apuntando a un futuro incierto, en ese mar bravío en que se ha convertido el centro de la ciudad de Medellín".
Referencias
- Libro: "Arquitectura moderna en Medellin: 1930-1960" / © Editorial MAMM, 1991.
- Libro: "Arquitectura Moderna en Medellín 1947-1970" / © Editorial Universidad Nacional De Colombia, 2010.
- Artículo: "La Naviera entre el arte y la memoria" / Juliana Vélez Gómez / Periódico El Mundo, agosto de 2013.
- Artículo: "El edificio la Naviera y el modernismo arquitectónico en Medellín" / Luis Fernando González Escobar
- Revista Universidad de Antioquia, Nº. 313, 2013.
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Arquitectos: Viera Vázquez Dotheé Arquitectos
- Área: 4500 m²
- Año: 1946
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Fotografías:Luís Fernando González Escobar, Julio César Cabrera
