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Arquitectos: studio duearchitetti
- Área: 120 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Simone Bossi
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un rápido y sintético apunte del pórtico de ingreso fue dibujado instintivamente luego de nuestra primera visita a la casa, casi como una necesidad. Queríamos capturar el espíritu de esta vivienda. Quisimos encontrar inmediatamente el germen de nuestro proyecto.
El apartamento se ubica en el tercer y último piso de una bella edificación de finales del siglo XVIII. La fachada se define por referencias históricas finamente dosificadas. Un cálido color amarillo cubre sus paredes. Andrea nos acompaña mientras nos habla de su casa. Nos muestra los distintos ambientes, mientras abre una a una las cortinas que han estado cerradas durante mucho tiempo. Una gentil luz invernal revela un auténtico y bien proporcionado espacio, dividido en ambientes de dimensiones domésticas; un amplio conjunto de finas puertas, con dos cortinas y manijas de bronce, marcan la transición de un ambiente a otro. Las bastas alturas de los tejados de madera inspiran nuestras futuras soluciones proyectuales.
La planimetría se rige por un eje longitudinal y ejes diagonales que recorren los ambientes para continuar más allá de los ingresos hasta el verdor de los jardines circundantes. Entendimos intuitivamente que nuestro proyecto debía mejorar el contexto existente distinguiéndolo. La elegancia como hilo en común.
La homogeneidad del suelo de concreto se convierte en una superficie donde las imágenes diseñadas por las sombras están en movimiento cíclico y variado. Son largas e intrusivas durante las primeras horas de la mañana, mientras que cortas y marcadas alrededor del mediodía. Una superficie continua que nos acompaña en todos los espacios en un diálogo que se complementa con el tejado de madera.
Las ventanas, amplias y de igual medida a excepción de la terraza, están distribuidas eventualmente en tres lados de la casa. La luz ingresa uniforme y constante en todos los ambientes orientados al norte, coloreando el espacio de color azul. Por el otro lado, la elegancia de las largas sombras móviles permiten mantener caliente los ambientes ubicados hacia el este y el sur. Un privilegio que sólo algunas viviendas poseen.
El suave y vertical grano de la madera de olmo nos recibe en el ingreso. Lo encontramos nuevamente en la biblioteca y en la cocina. Es un material de gran belleza y preciado por su color, textura y edad, que en complemento con el concreto realza la naturalidad del proyecto.