"Espacios, líneas, luz y sonido" son los componentes esenciales de la experiencia de la arquitectura y las más profundas obras han capturado esos momentos a través de un diseño seriamente orquestado.
Recientemente, los arquitectos que han diseñado iglesias con estos elementos primarios en mente han sido objeto de críticas por parte del Vaticano por desviarse de la iconografía y formas tradicionales de las iglesias: en 2013, según un artículo publicado en el periódico británico The Telegraph, una iglesia diseñada por Massimiliano y Doriana Fuksas en Foligno (Italia) ha sido etiquetada como problemática por el Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Consejo Pontificio para la Cultura del Vaticano, por su parecido a una museo en vez de un lugar de culto, basado en los valores tradicionales católicos.
A pesar de las críticas del nuncio sobre el enfoque estético de los arquitectos que rompen con la tradición, esto parece más un problema de falta de comunicación entre los arquitectos y las organizaciones que encargan los proyectos que están siendo criticados.
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En favor de esta estética, consideremos Notre Dame du Ronchamp, una modesta iglesia católica diseñada por Le Corbusier en los años cincuenta en las afueras de París. El carácter primario de esta iglesia está ligado a un espacio puro, detallado por la luz a través de una cuidadosa localización de los sólidos y los vacíos. Dictado por una estétitca reductiva que se alejó de los detalles tradicionales extravagantes y las figuras ornamentales religiosas de las iglesias de la época, su carácter esencial es de un espacio puramente meditativo. La estética propia del movimiento moderno permitió el arribo de Le Corbusier en la arquitectura religiosa y parece que los arquitectos contemporáneos han seguido sus pasos, rompiendo con la tradición para crear una experiencia religiosa basada en la meditación y la contemplación, independiente del credo.
Los lugares de culto pueden tomar muchas formas. Esencialmente, son espacios que permiten la contemplación, la reflexión y la meditación. Las tradiciones inherentes de cada religión dictaron la arquitectura durante siglos, pero tal como señalaba Tom Kington en el artículo anteriormente señalada, "los últimos arquitectos en trabajar cercanamente a la iglesia fue en el siglo XVIII, en la era del estilo barroco". El trabajo que estamos viendo ahora tiene atribución propios de un enfoque universal a la religión. Los edificios son manifestaciones de los valores que son comunes en una amplia gama de creencias religiosas, pero también puede ser aceptado por personas seculares y no creyentes. La iconografía es frecuentemente mantenida, pero es menos enfática cuando se compara con el altar de una iglesia católica tradicional en Roma, por ejemplo.
A continuación, conoce algunas de las iglesias contemporáneas que hemos publicado en nuestro sitio y que buscan crear espacios de meditaciones y contemplación, pero que han sido fuertemente criticadas por parecer más museos que lugares de culto.
¿Qué piensas tú al respecto?
Notre Dame du Ronchamp / Le Corbusier (1954)
Chapel of the Holy Cross / Richard Hein (1956)
Iglesia de la Luz / Tadao Ando (1989 y 1999)
Iglesia del Jubileo 2000 / Richard Meier & Partners Architects (2003)
Church of Seed / O Studio Architects (2011)
Catedral de las Luces del Norte / SHL Architects + LINK arkitektur (2013)
Más fotografías de iglesias del movimiento moderno tomadas por Fabrice Fouillet aquí.