- Año: 2014
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Fotografías:Alfonso de Béjar
Descripción enviada por el equipo del proyecto. CHAPULÍN nace con el fin de fusionar elementos característicos de la historia de nuestro país; es un espacio inspirado en la esencia de las tradiciones del México de antaño, traducidas a la contemporaneidad.
El espacio interior está conformado por un diverso juego de materiales que, en conjunto, permean y acentúan cada una de las diferentes zonas del restaurante. La entrada principal nos da la bienvenida con un elegante pasillo revestido por más de once mil piezas de barro, diseñadas estratégicamente para ser integradas a lo largo de los muros curvos y que generan un espacio de transición entre el lobby del restaurante y el del hotel, donde está ubicado Chapulín. Las losetas fueron trabajadas por mujeres oaxaqueñas en el taller “El Alacrán”, dirigido por el escultor y ceramista Adán Paredes. Al llegar al vestíbulo
del restaurante, los visitantes son recibidos por un mosaico caleidoscópico digital, realizado por el artista visual Ignacio Rodríguez Bach.
El uso extensivo de madera, acabados con acentos geométricos y detalles de tejido de mimbre son algunas de las características que visten la zona de comensales. Desde el vestíbulo, puede accederse directamente a la zona del bar, caracterizada por el uso de materiales fríos como mármol, granito y vidrio, que contrastan y destacan entre los lambrines y plafones de madera y, junto con estos, hacen eco de la elegancia y romanticismo del México de finales del siglo XIX y principios del XX.
Anexa al bar se encuentra el área de comensales, conformada por juegos de mesas y asientos que fueron específicamente diseñados para el proyecto: taburetes tapizados en piel, sillas con respaldos de mimbre tejido y superficies trabajadas con arreglos geométricos inspirados en la arquitectura y gráfica prehispánicas. Asimismo, por ser esta zona la más amplia, se encuentra dividida en área interior y de terraza, ambas con vistas hacia el bosque de Chapultepec, a las que se accede a través un ventanal permeable que permite el paso de luz y ventilación gracias a su sistema abatible.
En el extremo izquierdo del complejo, adjunto a la cocina, se construyó un pequeño cuarto comedor para uso del Chef e invitados selectos, un íntimo espacio cuyo techo abovedado fue cubierto por un entramado de azulejos esmaltados en blanco y negro que, a su vez, forman un patrón geométrico que se repite sobre los muros de la cocina. Este espacio fue creado especialmente para que los comensales pudieran degustar las creaciones hechas por el Chef y así tener una relación más cercana y directa con él.
En el lado opuesto del salón de desgustación, se localiza el salón privado. Se trata de una extensión del área de comensales que cuenta con todo lo necesario para amenizar un evento más personal, de forma exclusiva e íntima. En el centro de este salón se plantó un amplio comedor de madera con capacidad para 25 personas y en el techo se observa nuevamente un plafón de madera que alude a las geometrías de las pirámides y templos precolombinos. Al fondo de este espacio se encuentra una pequeña estancia que cuenta con acceso inmediato a la terraza y a un espejo de agua.