Es muy común que en las ciudades existan espacios en desuso o totalmente abandonados a pesar que se encuentran en medio de sectores habitados. Esto fue lo que ocurrió en el municipio de Camargo, al sur de Bolivia, en donde había un espacio de 650 metros cuadrados que estaba deshabitado y que no tenía las condiciones adecuadas para enfrentar el caluroso clima.
Frente a esto, los integrantes del XII Taller Social Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura del país se propusieron lograr su recuperación con el apoyo y la participación de los vecinos para que el lugar incentive la recreación de los niños y la identidad local a través del proyecto “Uraycamuy”.
¿En qué consistió esta propuesta? Acá te contamos.
“URAYCAMUY”
Al escuchar esta palabra por primera vez, es muy probable que no entregue una idea clara de qué es. Sin embargo, si se toma en cuenta que proviene de la lengua quechua y que significa “sube y baja”, es más fácil encontrar una relación entre el lugar en donde se desarrolla la intervención y el proyecto en sí mismo.
El área escogida por el equipo del taller se encuentra en el sector suroeste de Camargo y es conocida como “El Tobogán”, debido a que tiene diferencias de altura. Si bien esto podría parecer un inconveniente, el equipo lo tomó en cuenta al momento de elaborar el proyecto y destacar las características locales.
Fue así como se decidió que bajo el nombre de “Uraycamuy”, la iniciativa aprovecharía este potencial convirtiéndolo en un elemento único del sector y siendo la base de los nuevos espacios de conexión peatonal, entre el cementerio y otros sectores de la ciudad, y transformándose en una zona de juegos para los niños.
En palabras del equipo, el proyecto “surge así como una intervención sobre el espacio construido, que genera y regenera flujos, nuevas dinámicas. Con una nueva imagen, funcional, renovada, integrada al contexto, identificada de diferentes puntos de la ciudad, permeable, con ritmo y articulada con los otros sectores que se comunican y conectan con ella, fortalecen la recuperación del carácter, el uso del mismo y la apropiación del espacio por parte de las personas de Camargo”.
La importancia de la comunidad en el proceso
En una primera visita, los estudiantes del taller, provenientes de diferentes países, se encontraron con que más allá de que el espacio a intervenir estuviera abandonado, era inhabitable debido a que no tenía vegetación ni ningún tipo de protección para las horas de mayor calor.
Luego, iniciaron una etapa de análisis del contexto urbano y de encuentros con la comunidad, teniendo estos últimos como objetivo “buscar constantemente el contacto con la comunidad, reforzando el papel del arquitecto como un intermediario entre los ciudadanos y el espacio construido, la ciudad”, según nos cuenta el equipo.
Por este motivo, se decidió que lo más adecuado era que los habitantes de El Tobogán fueran parte del proyecto en sus distintas fases, tales como el reconocimiento del espacio, la preferencia de los materiales, la integración de sus ideas y la construcción propiamente tal.
Durante este proceso, uno de los acuerdos que ocurrió fue la elección del elemento básico para la edificación: la caña hueca. Como este material es bastante común en Camargo, los habitantes podrían reconocer de manera más fácil cuáles son sus ventajas.
Ejecución
Una vez en el espacio a intervenir, los estudiantes y vecinos armaron cubiertas con las cañas. Estas cubiertas se hicieron con diferentes alturas, efectos y formas que se obtuvieron al poner las cañas en distintas direcciones y uniéndolas con alambre. Además, para alinearse con el paisaje local, se incluyeron piedras, maderas y vegetación autóctona.
A medida que el equipo trabajaba en la regeneración del espacio, identificó que en el lugar se podría hacer más de una actividad. Por esto, probaron mediante la creación de un cine al aire libre y luego en un mercado central. En ambos casos la respuesta fue positiva por parte de los vecinos y fue posible dar forma a un nuevo espacio peatonal y recreacional, tal como se había propuesto inicialmente.
De esta manera fue posible que los vecinos se involucraran con los nuevos lugares desde las primeras para su recuperación y se volvieran a identificar con éste, haciendo posible que se apropiaran de un sector que les pertenecía.
En el siguiente video se puede ver el desarrollo del proyecto.
XII Taller Social Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura, Camargo – Bolivia 2015
Tutores: Javier Maradiaga + Lara Plácido
Tutores Juniores: Karime Acho + María Eugenia Martínez + Martin Aramayo + Mauricio Méndez
Protocolos: Christian Albarado + Katherine Torrico + Maria Fernanda Quezada + Natalia Serrano
Fotografías: Bruno Brassea + Javier Maradiaga + Lara Plácido + Sara Dillon
Local: Camargo, Valle de Cinti, Bolivia
Año: Abril 2015
Área: 650 m2.
Presupuesto: 1100$.
Organizadores: CLEA; CLEA Bolivia (Fabio Bayro Kaiser); Universidad Católica Boliviana San Pablo
Patrocinadores: FAUTAPO, Hostal Cruz Huasa
Este artículo fue originalmente publicado en Plataforma Urbana.
