- Área: 310 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Leonardo Finotti
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Proveedores: Demuner, Ecotelhado, Helvética, Imegra, Marcenaria, Zanchet
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Chapada Diamantina, región que se caracteriza por estar ubicada en un altiplano de altitud media de mil metros sobre el nivel del mar, en el corazón del estado de Bahia (Brasil), alberga desde 1985, un Parque Nacional con el mismo nombre.
El paraje conocido como Vale do Capão, en el municipio de Palmeiras, es una de las puertas de entrada más conocidas por sus rutas y senderos en la región. Alberga una pequeña villa (Caeté Açu), posadas y residencias dispersas al largo de su eje longitudinal. Este es el escenario escogido por una familia de la ciudad de Salvador para construir un refugio en contrapunto a su agitada vida urbana. La parcela que reúne estas características, se encuentra en un local conocido como “Bomba”, ubicado entre el Morro Branco, principal protagonista del paisaje, y la Serra do Candombá.
La implantación del edificio sigue dos premisas: volumen suspendido sobre el terreno, para evitar la humedad permanente en el valle y preservar la topografía; definición de un volumen dispuesto longitudinalmente, visto que su forma estrecha impediría distribuir el programa de forma transversal, siguiendo el trazado de las curvas de nivel. Siendo así, la casa se acomoda en la parcela a partir de un sutil corte en la topografía en su tramo posterior y avanza suspendida en sentido descendente, alejándose del suelo en aproximadamente 3,50m, en su punto más elevado.
Distribuido en un único nivel, el programa de la residencia es sencillo: se compone de un cuerpo principal y un anexo. Incluye únicamente dos suites (una en el interior y otra en el exterior del volumen principal), sala, terraza y cocina abierta a la sala, galería de servicio con pequeño lavabo e una sala acoplada al bloque de la suite externa, con función de albergar actividades físicas y de meditación. Una cubierta ajardinada corona el edificio, sirviendo de potente mirador en todas direcciones. El trazado ortogonal, de líneas puras y precisas, marca gran parte de los ambientes. Este se interrumpe, sin embargo, por una diagonal que secciona la planta y tensiona la organización cartesiana de principio.
Se percibe en este punto el edificio como parámetro de la escala humana frente al paisaje, visto que el ambiente monumental minimiza cualquier elemento con que se relaciona. La opción del hormigón armado in situ obedecía a la lógica del transporte de materiales en pequeñas cantidades hasta la obra (que era la única opción viable).
El sistema estructural propuesto pretendía alterar mínimamente la topografía del terreno, para tanto se optó por disminuir los puntos de apoyo del cuerpo principal del edificio. El hormigón armado en su forma bruta y aparente es tratado como la “piedra concebida por el hombre”. Allí este incorpora el espíritu de las rocas de la región y puede ser utilizado en su rusticidad como un dato autentico del complejo proceso de se construir en un lugar remoto.
El protagonismo de los materiales se establece así, en la relación del hormigón de la estructura y cerramientos, con la madera de las carpinterías, paneles externos, remates internos de piso y mobiliario. Se pretende trabajar la dimensión temporal de los materiales, a partir del comportamiento de cada elemento a lo largo de los anos, que transformará el artefacto arquitectónico en un elemento mimetizado con el paisaje. Hormigón oscurecido, maderas grisáceas y paisajismo maduro, potenciarán la simbiosis hombre-naturaleza en el ambiente do Vale do Capão.