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Arquitectos: Renzo Piano Building Workshop
- Año: 2015
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Fotografías:Enrico Cano
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Proveedores: UniFor
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto para la nueva sede de Intesa Sanpaolo es un laboratorio ambiental y social y un proyecto urbano, con una urbanidad discreta que la une con los habitantes de la ciudad.
El edificio está situado en el borde del centro histórico de la ciudad, cerca de la estación de Porta Susa, en la intersección noreste de Corso Inghilterra con Corso Vittorio Emanuele II, y se encuentra en el centro de una concentración excepcional de servicios públicos e instalaciones de escala metropolitana en una zona de importancia estratégica para la ciudad.
El jardín contiguo, Giardino Nicola Grosa, se ha actualizado y se transformó en un espacio lúdico, con árboles de diferentes alturas, césped y funciones del barrio. El acceso al jardín de Corso Inghilterra tiene una galería pública que atraviesa el hall de entrada en la planta baja.
La torre, de 166 metros de altura se divide por infraestructura en: 3 niveles de estacionamientos, uno de cuartos de servicio y un jardín bajo alrededor del cual están establecidos el restaurante de la empresa y el jardín de infantes, mientras que por encima consta de 26 plantas de oficinas y un piso para formación que incluye espacios y servicios abiertos al público.
Dos volúmenes en particular, revelan la vocación pública de la torre. El más bajo es una sala de conferencias flexible que se puede transformar en una sala de exposiciones, conciertos o actuaciones cuando sea necesario gracias a un altillo móvil y una acústica variable y tiene una capacidad para 364 personas. El más alto es un invernadero bioclimático con ventilación natural, el cual da la bienvenida al público en tres niveles: el restaurante con jardín, la sala de exposiciones y la terraza en la azotea.
Al este y al oeste la columna vertebral del edificio consta de ascensores y escaleras, lo que contribuye al efecto vital y variado del diseño. Al sur de la escalera se incorpora un jardín de invierno vertical donde enredaderas filtran la luz detrás de fachadas motorizadas.
El edificio es el resultado de la investigación avanzada con la intención de tomar las ventajas de las fuentes naturales de los alrededores (agua, aire, luz solar) y limitar el consumo general. El agua subterránea se utiliza para la refrigeración de las oficinas. La energía solar es capturada por toda la fachada sur mediante paneles fotovoltáicos que cubren toda la fachada de la torre.
La altura del techo de las oficinas es 3,20 metros y se ha optimizado la iluminación indirecta. Se prestó especial atención a las condiciones laborales de los empleados en cuanto a la calidad del espacio, iluminación y confort térmico.
La fachada de vidrio de doble piel hace que sea posible limitar la pérdida de calor en invierno y se controle en relación con la entrada de calor a través de un sistema de aberturas y pantallas solares con persianas motorizadas, que controlan la irradiación y la iluminación en las áreas de trabajo.
En verano, el aire fresco de la noche se canaliza al interior a través de forjados de hormigón dobles, absorbiendo su frescura y liberándola a las oficinas día a día con la ayuda de paneles radiantes.
Todo es controlado por sondas vinculados a un BMS (Building Management System) tecnológicamente avanzado.
Al igual que las montañas cubiertas de nieve que forman el telón de fondo de la ciudad de Turín, la torre está cubierta con materiales brillantes blancos (vidrio, aluminio lacado, vidrio opalescente) que la hacen casi inmaterial y "luminiscente," como el hielo, formando variaciones sutiles fotosensibles y facetas que cambian dependiendo de la hora del día y la temporada.