En una situación similar a la que se enfrenta Jean Nouvel con la ejecución de la Filarmónica de París, "la pobre calidad y aplicación del piso de piedra" del nuevo Museo de Cultura en Milán ha sido la excusa del arquitecto David Chipperfield para desasociarse de la ejecución del edificio.
Acusando a los responsables de escatimar en materiales, el arquitecto británico exige que su nombre sea removido del proyecto, diciendo que el edificio ahora es un "museo de horrores" y un "patético fin a 15 años de trabajo", debido a la baja calidad de la pavimentación.
Por su parte, el Ayuntamiento de Milán señaló que la decisión de materiales fue realizada a base de los "intereses de los contribuyentes", y continuó diciendo que, de acuerdo al consejero Filippo del Corno, el arquitecto se mostró "no razonable e imposible de complacer".
"El costo [del museo] fue de €60 millones, de los cuales €3.6 millones fueron destinados a Chipperfield por su diseño y gestión de la obra", señaló el Ayuntamiento en un comunicado. "Esa es una cantidad de dinero apropiada para una institución pública y correcta para la importancia del proyecto, pero fue necesario tomar decisiones a base del sentido común y los impuestos pagados por los contribuyentes. Las muestras y las visitas a la cantera que suministra el material fueron supervisadas por el equipo de David Chipperfield Architects, quien validó el elección del material utilizado".
Chipperfield no ha comentado respecto a la respuesta del Ayuntamiento. Sin embargo, reportes indican que el superficie de 5 mil metros cuadrados está repleto de piedras rasgadas, manchadas y desalineadas".
Se espera que la inauguración del museo se realice el 26 de abril de 2015.
Vía The Independent