- Área: 232 m²
- Año: 2013
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Fotografías:David Frutos Ruiz
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En una parcela ubicada en la parte alta de una urbanización residencial en las afueras de Murcia, se encuentra la singular casa cruzada, con vistas a los montes colindantes, la Sierra de la Pila y El Valle de Ricote. De esa ambigüedad, estar en una parcela cuyo entorno estará en un futuro densamente poblado, pero que al mismo tiempo disfruta hoy de unas inmejorables vistas, nace la idea del proyecto: orientar la vivienda en el nivel inferior hacia la intimidad del jardín y asegurar al usuario en la parte superior el disfrute de las vistas teniendo en cuenta la futura edificación y la influencia del soleamiento.
Dicha disposición conceptual se materializa mediante una operación geométrica, el giro de dos elementos, como si se tratara de dos bloques de un juego de construcciones que se apilan y manipulan con facilidad. Los volúmenes longitudinales apilados, de unos 20m de longitud y una profundidad cercana a los 5m, se giran entre sí unos 35º, de forma que los extremos del volumen superior buscan la orientación y vistas más favorables y generan, al tiempo, importantes voladizos de hasta 10m de longitud.
Estos voladizos, unidos al giro entre ambos cuerpos, proporcionan la protección solar necesaria en la fachada y zonas de estancia de la piscina.
La expresividad de dicha configuración formal, en principio tan elemental, se ve además reforzada por la sutil distinción entre los dos volúmenes: las aristas se redondean en función de la orientación de las aperturas principales de la planta, reforzando el carácter autónomo de cada uno de ellos. Así, en la planta baja, las aristas redondeadas transversales enmarcan la gran apertura de la fachada hacia el sureste; en la planta superior se aplica dicho tratamiento a las aristas longitudinales, enmarcando las vistas de las estancias en los extremos. De esta forma se reduce aparentemente la superficie de contacto entre los dos volúmenes y la forma geométrica ve reforzada su condición longitudinal.
El contacto con el terreno se resuelve empleando una vez más el mismo mecanismo del giro. Es esta vez un tercer volumen enterrado, que corresponde a la plataforma de la piscina, el que girado con respecto a los dos volúmenes de la vivienda resuelve la transición entre terreno y vivienda.
El tratamiento de la superficie de los volúmenes de hormigón ofrece un contraste entre el exterior, con un acabado rugoso creado mediante un encofrado de listones de pino chorreado con arena, y un espacio interior de acabados tersos.