Descripción enviada por el equipo del proyecto. La vivienda se sitúa en una zona residencial, próxima a la Universidad de Aveiro. Con el fin de aproximar el lenguaje formal de la universidad, se optó por una volumetría discreta y compacta, revestida en ladrillo a la vista, en un equilibrio visual qye refuerza la integración en el entorno.
La composición formal de la vivienda se basa en su competencia plástica. El juego volumétrico se enriquece del objeto arquitectónico, creando balcones, dinámicas espaciales, de flujo y reflujo enfatizados por la presencia efectiva de las sombras.
Con un programa multifamiliar, surgen espacios articulados con el exterior, dando vuelta los espacios vivenciales a los mejores barrios. Se garantiza la privacidad a través del juego volumétrico de balcones y las dinámicas espaciales.
La casa se desenvuelve en dos pisos. El primer piso, es dedicado a los espacios más diurnos en esctricta relación con el exterior, comunicados con el verde del jardín y un patio cubierto de ocio. Se privilegia así mismo la cara interior del sitio, enriqueciendo la vivencia exterior al igual que aumentando la calidad de los espacios interiores.
El segundo piso alberga los espacios más privados: los dormitorios y una sala de invierno, que da al este, compartiendo un balcón íntimo, resultante de la dinámica del volúmen, reforzado por la textura y el color del ladrillo a la vista.
Su robustez, así como el confort térmico, son las premisas fundamentales. Era muy importante tener un material que transmitiese la confianza constructiva, con capacidad de envejecimiento, envolviendo sus características, sin ser degradado. Por otro lado, los promotores del proyecto, son docentes de la Universidad de Aveiro, cuya arquitectura, es una estricta relación con el ladrillo a la vista, y su imágen de marca.
Es en este contexto que surge la casi inevitabilidad de elección del material: ladrillos Klinker Castanho Mondego.
Nos referimos a esta inevitabilidad por sus cualidades estéticas, no sólo por el rendimiento de su comportamiento, sino que también porque este era un material familiar de los promotores, que respondían a sus expectativas relativas a la seguridad y confort.
Se procuró un color intermedio, no muy osucuro, ni muy claro, que transmitiése el confort y equilibrio. Por otro lado, este color, permitía, según mencionado anteriormente, el envejecimiento cualitativo. No sólo era un material específico, si no también un refuerzo de adaptación a los materiales restantes utilizados en la vivienda, en especial con los elementos de aluminio natural y los pavimentos en azulejos de concreto a la vista.