- Área: 165 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Gustavo Burgos, Ignacio Rojas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta casa se ubica sobre una ladera que delimita con el borde del Lago Ranco en Futrono al sur de Chile. Frente a esta gran tensión hacia las vistas, ubicamos la casa en sentido perpendicular buscando hacer “frente” a las generosas vistas. Previendo la dificultad de supervisión durante la construcción, hicimos un catastro de los sistemas constructivos locales y con esto intentar homologar un lenguaje con los futuros constructores. La carpintería en madera es la usanza del lugar; nuestro acomodo frente a esto fue fijar una estricta modulación al volumen extenso y tranquilo, en franco contrate con las geometrías sinuosas y diversas del paisaje.
El zócalo elevado supone una nueva cota para mirar, y sirve también para hacer desaparecer la distancia del borde del agua cuando se está sentado. Este soporte hace también de “respaldo” para la estructura de madera en su cara sur-poniente; un muro de hormigón visto de 2,10 m de altura contiene las instalaciones de servicio; proponemos un muro espeso y habitable para los recintos servidores.
El acceso en el centro de la casa hace de conexión sobre los recintos individuales y comunes, es el lugar de encuentro entre los moradores; la dimensión de este “vestíbulo” y las vistas que enfrenta ha hecho que este lugar de paso se transforme en un sitio de permanencia ambigua.
Un pasillo estrecho conduce hacia las habitaciones a las cuales se descienden por medio de dos gradas; un borde elevado contiene las camas y hace de antepecho bajo. La circulación hacia los recintos comunes está definida rozando los grandes ventanales; la relación visual con el paisaje se dilata.
Una sola cubierta a un agua es la gran vinculación formal con la geometría de la ladera; ambos ángulos se repiten doblegando la direccionalidad hacia el extenso paisaje que domina.
La expresión del hormigón visto y la propuesta de una estructura de madera deliberadamente sobredimensionada, tiene como voluntad estimular la experiencia plástica y tectónica del edificio por sobre las medidas mínimas de la estructura necesaria. La homogeneidad del volumen, en su condición exterior, desaparece en la suma de pormenores internos que la casa propone, buscando intensificar las experiencias sensorias de sus habitantes.