El concurso internacional de ideas Dakar Temporary Cinema buscó propuestas conceptuales para la creación de un espacio temporal, desmontable y trasladable para proyectar películas en los suburbios de Dakar, capital de Senegal, actualmente sin acceso a salas de cine y teatro
Narrado como un cuento donde una mujer de la comunidad extractora del lago Retba cuenta la historia de su gente, su cultura y la idea de crear un cine temporal para todos ellos, Dunaliella Cinema se inmersa en las dinámicas extractivas artesanales y locales en el lago y sus particulares aguas color rosa.
A cargo de los arquitectos peruanos Gerardo Chávez-Maza, Marisol Layseca Prieto y Alessandra Mendoza, Dunaliella Cinema busca aprovechar la actual dinámica de autogestión económica para generar una experiencia cultural y de esparcimiento en el país africano.
Conoce esta propuesta después del salto.
Según los arquitectos: la propuesta se implantó en el Lago Retba, o Lago Rosa, al noreste de Dakar en Senegal. Un espacio único debido a su alta salinidad y el color rosado de sus aguas, causado por la bacteria Dunaliella salina, quien produce un pigmento rojizo al absorber la energía del sol, tiñendo de rosa el lago. La alta concentración de sal ha originado, desde los años 70, dinámicas extractivas artesanales que han servido al desarrollo económico de las comunidades aledañas. Estas dinámicas involucran a familias enteras en la actividad de una manera organizada y auto-sostenible que perdura hasta la fecha.
El proyecto buscó aprovechar la existencia de esta actividad de manera que, a partir de ella, se originara en el lugar una segunda dinámica de autogestión, pero esta vez involucrando una experiencia cultural que favoreciese e impulsase la activación del espacio mediante el ocio, la cultura, el contacto y las interrelaciones en un escenario nocturno, cuando las luces se apagan y el lago queda solitario.
Como metáfora de la Dunaliella salina, el espacio se nutriría de la energía y el trabajo arduo de los extractores para producir una nueva atmósfera particular, llena de intensidad local.
De manera elemental, y buscando el impacto cero sobre el lugar, se dispuso crear solamente una plataforma de proyección y una estructura para la pantalla en medio del lago. El uso de materiales y técnicas propias de la zona actuaría como un tributo a la gente y sus símbolos, a la vez que reforzaría los conceptos de comunidad y sostenibilidad: la idea de producir las cosas por sus propias manos y medios.
Las canoas utilizadas para la extracción de sal servirían como asientos y serían amarradas a pequeños puntos de luz dispuestos de forma radial en contraposición a la pantalla, considerando los flujos y visuales. Estos puntos estarían compuestos por “niosses”, largas varas de madera que los extractores utilizan al excavar, anclados al fondo y atados a pequeñas pantallas fabricadas con el tejido utilizado en sus tamices, produciendo un efecto especial al encenderse las linternas del interior. La misma textura se utilizaría también en la estructura de la pantalla de proyección.
El desarrollo inmobiliario y turístico en los alrededores permite a la propuesta ampliar su radio de impacto y reafirma la idea de participación, integración y colectividad. El lugar se vuelve un espacio abierto para los pobladores, así como turistas y extranjeros residentes, favoreciendo el diálogo y la coexistencia de distintos grupos sociales.
Así, el concepto general fue el de pensar en una propuesta distinta, donde el protagonista no fuese un edificio o la arquitectura, sino el entorno natural y la dinámica cultural y social que pudiera generarse a partir de elementos básicos dispuestos en un lugar específico. Se impulsan la experimentación y apropiación de nuevas formas de habitar, de nuevos eventos. Una idea guía que se hiciera materia en manos de la misma gente y que fuese tan potente como para generar una atmósfera única y diferente en una actividad cotidiana como el cine.
La memoria descriptiva de la presentación se desarrolló a manera de cuento, un tono cinematográfico, donde una mujer de la comunidad extractora cuenta la historia de su gente, su cultura y la idea de crear un cine temporal para todos ellos:
“Hola, mi nombre es Ndey, tengo 30 años, soy extractora de sal en el Lago Retba quiero contarte una historia acerca de este lugar y el sueño que tuve para él.”
“Me siento feliz porque una vez más hemos probado cuán fuertes somos y lo lejos que podemos llegar cuando trabajamos en equipo (...) Un espacio cinematográfico lleno de colores, contrastes y personas increíbles".
Concurso
Dakar Temporary Cinema CompetitionPremio
Mención HonrosaNombre de la Obra
Dunaliella CinemaArquitectos
Marisol Layseca Prieto, Gerardo Chávez-Maza, Alessandra MendozaUbicación
Lake Retba, SenegalÁrea
10000.0 m2Año Proyecto
2015Fotografías
Cortesia de Equipo Mención Honrosa