- Área: 670 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Paul Czitrom
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El ritmo monótono que conforman las fachadas de las casas de la Calle Guadarrama se ve irrumpido por un manifiesto arquitectónico: lo habitual de la arquitectura evoluciona plásticamente para dar lugar a la Casa Guadarrama; una poesía espacial en medio de la prosa. Se trata de un juego expresionista de volúmenes intersectados de concreto y granito que sobresalen de su contexto por su diseño audaz y contemporáneo. A diferencia de las otras residencias de la calle, Casa Guadarrama se cimbra como aquella chica nueva de la cuadra: atrevida, astuta y joven.
A través de una celosía de acceso que permite el contacto directo entre el exterior y el interior se accede a la primera sucesión de espacios. Es una casa que se descubre, se camina y se entiende a través de la exploración de sus áreas. La cochera —el primer espacio diseñado con astucia— es mucho más que eso, es la posibilidad de tener una zona de amortiguamiento entre el interior y el exterior. De un lado del muro gavión se estacionan los coches, del otro nadan los peces— un estanque que integra un ecosistema entero, que cambia el microclima de la casa para decirle a su habitante: has llegado. Este acceso es tan sólo la primera pista para descubrir que la casa está hecha de instantes y que cada espacio es tan especial como el contiguo.
Mientras los peces nadan en su estanque, quien está en la cocina lavando los platos los contempla. El comedor también los mira y de la misma manera el foyer y otras circulaciones. Se trata de una casa que nunca deja de tener contactos visuales, remates que dirigen la vista y juegan con las experiencias del usuario. MAYER HASBANI logró un inteligente juego de espacios que homenajea desde la contemporaneidad a la mítica Casa-Estudio Luis Barragán; como si se tratara de un bloque de concreto sólido en el cual se sustrajeron los espacios de la misma manera que un ratón hace hoyos en su queso.
El patio central es el corazón del proyecto. Así como el corazón transporta la sangre a las arterias, el patio controla el desarrollo y la amabilidad de los espacios. Una suerte de panóptico que lejos de dar la sesión de vigilar a sus colegas los integra para darles a todos un sentido de bienestar bañando de luz a todas las recámaras y espacios vecinos. Es el elemento que integra el jardín con la terraza con el comedor y la sala, así también con los demás pisos. El patio oscila entre el exterior y el interior a través de un suave umbral que otorga un espacio para la tranquilidad. El patio está en calma mientras que los interiores de la casa no paran de moverse.
En el interior, el núcleo de circulación para subir al segundo y tercer piso es un elemento escultural que se desdobla en distintos planos para poder usar inteligentemente el espacio, se vuelve puente, se vuelve recámara. Con este juego de ángulos y coqueteos visuales es que se logran tan precisos detalles otorgados por la arquitectura misma, la arquitectura es su mejor ornamento. Un ejemplo de esto podrían ser las ventanas, cada una es especial, cada una encuadra un objetivo distinto y tiene una misión particular: ya sea contemplar, vigilar o seducir.
Las recámaras aíslan, transportan a otro microclima y otras necesidades del individuo. Orientadas especialmente para las necesidades de sus distintos usuarios, niños y adultos, las recámaras son un espacio complementario pues la casa se habita en sus áreas públicas, nutre una cultura de familia en donde lo importa sucede en los espacios compartidos.
Conscientes de la complejidad del sistema, la casa se diseñó para exhibir su condición de alto diseño, una especie de haute couture arquitectónico. La factura de una arquitectura bien pensada y bien lograda es lo que le otorga su aura, es lo que la hace vibrar y funcionar. A pesar de ser un proyecto imbricado que a veces pareciera un cuento de realismo mágico, —en donde sin saber cómo ni por dónde se llegó a cierto espacio—, no hay un sólo momento de la casa que no tenga un sentido preciso para el estar de su usuario.
La cereza en el pastel de este proyecto arquitectónico es sin duda la dignidad de los espacios, el respeto que se encuentra en cada rincón de la casa. La distinción entre lo público, lo privado y los servicios no existe. Si bien, la jerarquía espacial es tratada con importancia y elegancia, la dignidad hace que la escalera de servicio sea una escalera de amables proporciones, diseñada y bañada de luz como el resto de los otros espacios, de la misma manera los servicios y todos los espacios de almacenaje y tránsito. Todos los habitantes y visitantes de la casa son importantes, la escala humana diseña cada uno de los lugares.
Casa Guadarrama es un descubrimiento en una calle residencial, tradicional de la zona poniente de la Ciudad de México y a la vez una sucesión de descubrimientos en su interior. Sus habitantes podrán no cansarse de caminar todos los días por los mismos espacios, pues hasta la vegetación estacional está pensada para evolucionar la casa, tal como crece y evoluciona una familia.