- Año: 2013
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Fotografías:Lourdes Jansana
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La vivienda se sitúa a las afueras de un pequeño pueblo de la comarca del Baix Empordà. Está dispuesta en el límite entre las construcciones y los campos que rodean el pueblo.
Este emplazamiento singular hace que la vivienda se cierre hacia la calle, dando la espalda al pueblo y se abra con grandes ventanales hacia las vistas. Otra peculiaridad del lugar es la presencia del viento del norte. Ante esta adversidad, la casa se recoge en la fachada norte y se abre con un patio en la fachada sur. De esta manera la casa se entiende como una secuencia de espacios cerrados y abiertos, dónde siempre tienes relación visual con el exterior.
En su fachada sur la casa está recubierta con una celosía a base de cañas de bambú. Esta celosía sirve como filtro y como protección de la casas hacia el exterior. Aparte esta celosía de carácter y singularidad al conjunto. A través de un sistema de porticones la celosía se puede abrir por partes, así que en función de las aberturas, el aspecto del conjunto cambia y la casa se transforma
La vivienda está dividida en dos plantas para adaptarse al desnivel entre la calle y la topografía. En la planta superior, donde se produce el acceso, se dispone un estudio con baño y cocina. Aparte hay una zona para aparcar dos coches al aire libre. La planta inferior gira alrededor de un patio. Es la planta principal, en ella encontramos salón, comedor, cocina, dos habitaciones y un baño.
Toda la casa está completamente realizada con madera contralaminada vista. Aparte incluye una caldera de biomasa y sistema de calentadores que regulan el consumo de la caldera.
Cubierta ajardinada + caldera de biomasas
En este proyecto se han utilizado dos sistemas que optimizan el funcionamiento energético de una casa. Por un lado la cubierta de la casa es una cubierta ajardinada. Esta solución hace que la vivienda tenga unas oscilaciones de temperatura inferiores a las de la mayoría de construcciones. Las cubiertas ajardinadas con su capa vegetal y de tierra sirven como un buen aislamiento térmico, reducen las variaciones de temperatura ciclo día-noche, disminuyen las variaciones de humedad en el aire, producen oxígeno y absorben CO2.
El segundo sistema que se utilizó fue una caldera de biomasas con combustible de pellets. Los beneficios de estas calderas son muchos. Los pellets son residuos de otras actividades y eso favorece la canalización de excedentes agrícolas. Suelen provenir de la misma región donde se consumen, por lo que se fomenta la economía local. Estas calderas no presentan riesgos de explosión, no son volátiles, ni producen olores. Y el coste de los pellets es inferior que el combustible de calefacción, propano o resistencia eléctrica.