Con motivo de la celebración de los primeros 120 años desde su fundación, la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile encargó al arquitecto chileno Sebastián Irarrázaval el diseño de un pabellón temporal instalado en la casa de estudios en Santiago.
El diseño del pabellón se caracteriza por su facilidad de montaje y desmontaje, a partir de la repetición de un módulo de 5 metros, construido en madera y que "al igual que una silla de playa puede ser desplegado para su uso y luego plegado para su traslado".
Conoce el proyecto después del salto.
Memoria del arquitecto. El encargo consiste en realizar un pabellón para celebrar los 120 años de la fundación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile y en este sentido, el encargo tiene dos aspectos: uno de orden material asociado a la implementación física; y otro, de orden inmaterial o simbólico, ligada la pregunta por el tipo de espacio apropiado para llevar cabo un encuentro o acto solemne como éste.
En relaciona a lo primero, la implementación cumple con los siguientes requerimientos: poder ser desmontado y montado en otro sitio, además de poder acoger conferencias y muestras.
En atención a estas necesidades se propone realizar el proyecto a partir de la repetición de un modulo de 5 metros de altura y construido en madera, el que al igual que una silla de playa, éste puede ser desplegado para su uso y luego plegado para su traslado. Con el objeto de generar -por un lado- un espacio estable al empuje, y por otro, crear las condiciones necesarias para realizar conferencias. Este módulo se multiplica 36 veces en tormo a un eje de rotación de forma tal de generar un podio con forma de anillo de 14 metros de diámetro y 5 metros de altura que contiene hacia el exterior un deambulatorio asociado a las exhibiciones y hacia el interior, un asiento corrido ligado a las conferencias.
La cubierta de este argolla de madera se realiza con una esfera inflable de PVC de 12 metros de diámetro que junto con cubrir e iluminar el espacio, actúa como signo que anuncia el pabellón hacia la distancia.
En relación al segundo aspecto anteriormente mencionado, esto es acerca del carácter simbólico de la propuesta: la forma circular recuerda de manera solemne el sentido de comunidad que se ha ido forjando durante estos 120 años de existencia de la Escuela.
Arquitecto: Sebastián Irarrázaval
Colaboradora: Macarena Burdiles
Producción Estructura de Madera: NOT S.A. Diseño y Fabricación Ema Dünner; Daniel Ortiz, Lorenzo Fuentes
Producción Esfera de PVC: Ficticios Gigantes S.A.
