Arquitectos: Iñigo Beguiristáin e Iñaki Bergera Ubicación: Pio XII 29, Pamplona, España Fecha: Junio 2009 Promotor: Comunidad de Propietarios Presupuesto: 203.732 € Construcción: JSD Edificaciones y Arion 2 Fotografías: Iñaki Bergera e Iñigo Beguiristáin Materiales: Panelado HPL de Parklex 500 VDF 14 mm acabado zebrano de Composites Gurea, Cerramientos de vidrio laminar 10+10, Falsos techos de placa de yeso laminado, Iluminación con focos dicróicos antideslumbrantes y lámparas Glo-ball (S1, S2 y C2) de Flos, Elevador Schindler, Videoportero Fermax
Consideramos que, por cantidad y presupuesto, las reformas de portales con motivo de la eliminación de barreras arquitectónicas son, en la actualidad, las más relevantes en relación con la configuración del espacio urbano que con más inmediatez perciben los ciudadanos de muchas ciudades españolas. No obstante, por ser consideradas obras menores y por la naturaleza complicada de las Comunidades de Propietarios, es muy posible que no se les esté prestando la atención que merecen.
En el caso que nos ocupa, existía una diferencia de cota de aproximadamente 170 cm entre el nivel de la calle y el embarque a los dos ascensores del edificio —sólo uno de ellos llega hasta el sótano. La configuración que presentaba este triste itinerario se caracterizaba por una compleja trama estructural que daba lugar a secuencia de 3 espacios a distintas alturas, conectados por distintos tramos de escaleras, que precedían al profundo y oscuro pasillo que servía de acceso a los ascensores y del que partía la escalera principal.
Todos los esfuerzos se han dirigido a atenuar la sensación de profundidad y a eliminar rincones ocultos en el trayecto que conduce desde la vía pública hasta el nuevo embarque a 180º en planta baja. La introducción de un plano diagonal a la fachada resuelve compositivamente este requerimiento. A partir de ahí, al objeto de procurar la máxima transparencia y luminosidad, el proyecto propone la sustitución de toda la fachada actual por paramentos de vidrio laminar–liberando los pilares– y la construcción de un plano interior de madera de zebrano que señala la posición de la nueva escalera y conduce directamente al ascensor. Esta superficie hace las veces de fachada, desdoblando y desvirtuando los límites tradicionales, lo que acentúa la continuidad de los espacios interiores con el exterior.
Además, sobre la base de una línea horizontal a media altura del referido paramento, se establece un juego compositivo que intenta resolver la relación entre las diferentes cotas del portal y conforma los diferentes recintos. Este recurso permite, asimismo, conciliar la altura conveniente para la puerta de acceso, de acero inoxidable, con la altura libre deseable para dotar de empaque y prestancia al interior. Como base de la nueva geometría de la planta se introduce una modulación seriada –manifestada en el despiece de suelos y pilares de mármol travertino– que confiere orden y sirve de falsilla conceptual a la nueva distribución.