- Área: 60377 m²
- Año: 2008
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Fotografías:Adrià Goula, Rafael Vargas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este conjunto residencial ocupa el extremo sudeste del sector Diagonal Mar, un conjunto de cinco manzanas singulares, emplazadas en un extenso parque público, en el frente marítimo de Barcelona. El proyecto comprende dos torres de matriz prismática, conectadas por medio de un cuerpo lineal, que proporciona unidad y continuidad al complejo volumen del conjunto.
La torre sur, de 99 metros de altura, alinea al Paseo Marítimo su fachada más estrecha, que ofrece una imagen esbelta desde las vistas lejanas, desde la playa y desde el mar, y se relaciona en profundidad y en altura con los edificios contiguos del frente marítimo. La torre norte, con una altura de 77 metros, comparte alineación y matriz volumétrica con dos las dos torres interiores de la manzana contigüa, y forma con éstas sobre el parque un frente de traza perpendicular a la Avenida Diagonal. El brazo que conecta ambas torres a nivel de los cuatro primeros pisos, establece el límite de levante del solar. Se plantea como un puente, con la planta baja porticada, lo que propicia la continuidad visual y preserva la unidad del parque en el que se emplazan los edificios.
Estructuralmente, las torres se plantean sobre la base de un núcleo central resistente, que sigue la traza del sistema de comunicaciones verticales, y una línea perimetral discontinua de pantallas de hormigón que delimita el cerramiento exterior. Más allá de esta línea de fachada estructural, se produce un vuelo de las losas de forjado, de profundidad variable, que configura amplias terrazas perimetrales, y modela planta a planta el volumen aparente de cada edificio.
El plano de fachada exterior, formado por franjas horizontales continuas de vidrio serigrafiado, protege las terrazas, y filtra y matiza la percepción del volumen interior, acabado también con un revestimiento de vidrio coloreado.
Los ajustes de profundidad de los vuelos planta a planta modelan el volumen exterior, para formar estratégicamente pliegues, fragmentos de plano en pendiente y extraplomados y aristas vivas. En función de la luz incidente y de la posición del espectador, los fragmentos de fachada varían a lo largo del día de transparentes a opacos, de reflectantes a satinados, ofreciendo imágenes y matices cambiantes de color, brillo y transparencia.
Este tratamiento confiere a los edificios una imagen dinámica y compleja del volumen, que se pliega en el suelo y asciende hacia el cielo con trazas sinuosas. Especialmente en las vistas próximas, que muestran los relieves, y en las vistas sobre las caras esbeltas de las torres, desde la playa y desde la Avenida Diagonal, el edificio muestra sus cualidades expresivas, y establece con el lenguaje orgánico del parque un juego de mutuo apoyo formal.