Descripción enviada por el equipo del proyecto. El trabajo en simultáneo, con esculturas de gran y pequeño formato, plantea como problema principal de arquitectura el cambio de escala en el uso. La obra se plantea como un contenedor de escalas, que por medio de cambios de altura, diversas fuentes de luz y variadas condiciones visuales, cualifican el espacio para dar cabida las distintas escalas de trabajo propias de la escultura.
Desde el exterior, un cubo emerge como un volumen puro y aislado, que contrasta con la irregularidad del terreno, pero que a su vez, se confunde con el con el follaje al exponer los materiales en su condición natural.
En el interior, un nivel intermedio ordena el espacio en forma vertical, generando tres instancias de trabajo, cuya espacialidad se ve reforzada mediante aperturas precisas que incorporan tanto la luz natural como el follaje de los árboles circundantes.
La primera, constituida por una doble altura, acoge el formato de gran tamaño. Una gran ventana acusa la vertical del espacio, incorporando visualmente un avellano que controla la luz del norte en verano y deja pasar algunos rayos solares en invierno.
La segunda, queda contenida por el entrepiso. Dos ventanas pequeñas traen a presencia el contexto inmediato, dando cabida al lugar de trabajo con formato de pequeña escala.
La tercera, se constituye en lo alto del contenedor. La condición de dominio tanto del espacio vertical interior (en que se aprecia la escultura a distancia) como del exterior, en que se trae a presencia las vistas lejanas de la cordillera, proponen un espacio de reflexión, y por tanto, de creación de la pieza escultural.
La estructura es de madera de pino, recubierta en su interior con placas de madera terciada dispuestas en franjas horizontales, que dejan entre sí una sombra capaz de otorgar una medida a la obra. Su cara externa, está revestido con planchas de fibrocemento y, sobre ellas, celosías de madera impregnada que actúan como pantalla solar en verano y protección de la lluvia en invierno, generando gratuitamente un juego dramático de luz y sombra hacia el exterior.
El trabajo con la madera implicó una revisión de la medida estándar propia del corte industrial de la madera. En ese sentido, hubo que encontrar las medidas capaces de responder tanto a la preestablecida por la madera como a la propuesta espacial de habitabilidad del espacio. El exterior, se planteó como un cubo de 6,40 x 6,40 mt que responde a la medida de 2 listones de madera de 320 mt de largo, conformado asó la totalidad de la celosía. Esta última queda separada 7,5 cm del cerramiento interior, cuyo espesor de 12,5 cm permite liberar una superficie interior de 6,00mmts.
Esta medida responde al módulo de la plancha de placa carpintera, adecuando tanto la estructura con la placa carpintera a múltiplos de 60 cm tanto en horizontal como en vertical. Esta concordancia entre medida estandarizada y medida habitable, maximiza los costos de construcción y a su vez mantiene una armonía implícita en la forma que se desarrolla la posición de los elementos de madera.