
-
Arquitectos: gon architects
- Área: 40 m²
- Año: 2025
-
Fotografías:Imagen Subliminal

Descripción enviada por el equipo del proyecto. En un lugar al norte de Madrid, junto a la autovía A1, se encuentra, dentro de una urbanización de los años ochenta de bloques lineales de tres alturas, en la última planta, Casa Costa. Nuestro reto fue la transformación de una vivienda pasante de 40 m2, con terraza y cuatro habitaciones, en un espacio de límites indefinidos.

Para ello nos apoyamos en el verdadero protagonista de este emplazamiento, que son las vistas que se abren a ambos lados de la casa. Una masa de cedros y álamos de gran porte provoca que, desde dentro, parezca que uno flota entre las copas de los árboles. Costa, la propietaria de esta particular atalaya, es una diseñadora visual de ascendencia dominicana que trabaja desde casa en una consultora. Como Cósimo, el personaje principal de la novela de 1957 El barón rampante, de Italo Calvino, Costa habita en las alturas, rodeada de vegetación y naturaleza, entre ramas, siempre en un constante exterior.

Y es precisamente esta condición de exterior permanente la que ordena el espacio interior. Dos terrazas, una pública y otra privada, orientadas al norte y al sur, respectivamente, son los límites de la vivienda, que se organiza, de forma general, mediante la disposición de un volumen en el centro de la casa. Una caja que esconde en su interior un cuarto de baño pasante, además de contener parte del almacenaje del espacio doméstico en su perímetro, y que genera una doble circulación que aporta flexibilidad y permeabilidad a la casa, con vistas y ventilación cruzada, y la posibilidad de realizar recorridos circulares.


De esta forma, Casa Costa se propone como una vivienda que gira alrededor de un baño. Un espacio dentro de otro espacio donde se consigue un doble objetivo: mientras que por un lado se facilita que la naturaleza y el paisaje atraviesen el espacio doméstico, por otro se persigue organizarlo en dos ámbitos bien diferenciados, según un vector privado-público.



El privado, situado en la entrada de la casa, contiene el dormitorio. El público, al otro lado del volumen, alberga, en una estrategia que creemos aporta dinamismo, una única estancia. Este espacio, delimitado por una diagonal en el falso techo, lo componen una cocina con salón y un cuarto de estar vinculados a una terraza de 7 m2 que se entiende como una extensión del conjunto. Frente a la idea de un volumen terso y compacto, se apuesta por una imagen de él fragmentada, casi deconstruida, con distintos materiales, colores y texturas que multiplican el número de caras y por tanto de lecturas de cada uno de sus planos.

El sistema material y de acabados propuesto, tanto en los planos horizontales como en los verticales, viene a reforzar las ideas de continuidad, flexibilidad y exterioridad en la vivienda. Así, los pavimentos pretenden ser un elemento continuo que dificulte la detección exacta entre el adentro y el afuera, las cortinas de suelo a techo ofrecen la imagen de un espacio mutable y los planos de colores en paredes y techos con pintura definen y cualifican ámbitos espaciales específicos de la casa.

El espacio se completa con otro sistema, el de los objetos de pequeña escala, entre los que se encuentran una mesa, dos sillas, un sofá, lámparas y muchas plantas de pequeño porte que potencian la idea de la naturaleza dentro del espacio doméstico.

Casa Costa es una propuesta de mínimos que consigue obtener máximos. Un espacio pequeño pero complejo que discurre entre árboles, que contiene el microuniverso particular de Costa. Un lugar flexible donde los límites entre el interior y el exterior, entre lo público y lo privado o entre lo abierto y lo cerrado se entremezclan y desdibujan generando lo que posiblemente se aproxime a lo que debería ser una vivienda de nuestro tiempo.
