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Arquitectos: Estudio Flume
- Área: 275 m²
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Fotografias:Maíra Acayaba
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La formación de asociaciones organizadas dentro de las comunidades rurales nos ha permitido un mayor entendimiento del proceso de beneficiamiento del babaçu. En este sentido, el proyecto significa una innovación en la cotidianidad del trabajo del grupo, ya que para el desarrollo del proyecto, trabajamos conjuntamente en una serie de talleres de dibujo colectivo. Al asumir diversas formas de acercarnos a las soluciones, ya sea mediante imágenes, diálogos y especulaciones para la producción de los espacios, organizando los usos y jerarquías de estos en el conjunto construido, la arquitectura finalmente funciona como un medio para proporcionar libertad en el futuro del proyecto y en su flexibilidad para adaptarse a nuevas demandas.
Aun con el enfoque en la actividad productiva, identificamos que necesariamente toda oportunidad de proyecto debe significar una oportunidad de congregar y agregar. Así, pensando en un poblado de escasos recursos y sin equipos de uso colectivo, el proyecto se organiza en torno a una serie de patios, cubiertos o descubiertos, como lugar de encuentro de la comunidad. Considerando que más de 40 mujeres que componen el grupo de quebradeiras son madres y abuelas, el lugar de trabajo también se transforma en el lugar de encuentro, movilización social y recreación para sus familias y vecindario.
El proyecto define sus características constructivas a partir de una relectura de los materiales y técnicas constructivas locales. La región presenta aún muchas residencias unifamiliares de tapia. El poblado se localiza a 35 km de distancia del centro urbano más cercano: la ciudad de Vitória do Mearim. Dependiendo de la estación del año, el desplazamiento es necesariamente mediante transporte fluvial, ya que el poblado de Sumaúma, insertado en la cuenca hidrográfica del Mearim (UEMA/ NuGeo, 2009) se inunda con las aguas del río Grajaú y del Igarapé Ipixuna que desembocan en el río Mearim, inviabilizando el transporte por tierra durante el período de lluvias.
Con vistas a las condiciones geográficas, el difícil acceso y la lectura de las técnicas y recursos propios de la región, optamos por la utilización del bloque de tierra comprimida. En esta relectura de la casa de adobe, el mantenimiento de la estructura construida se reduce a lo largo plazo. Esta estructura autoportante define los espacios de trabajo y permanencia. Una segunda estructura independiente para sostén del techo fue realizada con madera local y de recurso forestal autorizado por el IBAMA. Esta cobertura doble ofrece mejores condiciones de confort térmico, garantizando áreas y construcciones permanentemente sombreadas y ventiladas, al mismo tiempo, también proporcionó un canteiro de obra protegido que garantiza la continuidad de las diferentes etapas durante el proceso constructivo.
Primero se realizaron los cimientos, en segunda instancia se realizó la construcción del techo, proporcionando así un área protegida en el canteiro de obra para la fabricación de los ladrillos en el propio terreno. El techo contempla canaletas para la captación de agua pluvial, y el proyecto incluye sistemas de tratamiento de aguas residuales y aguas grises mediante la fosa séptica biodigestora y círculo de bananeras. Todas estas técnicas fueron discutidas y difundidas en la comunidad, incentivando su replicabilidad a fin de conseguir un impacto ambiental mayor que el alcanzado por el proyecto en sí.