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Arquitectos: Luiza Fraccaroli B. da Costa, VELA.oficina
- Área: 180 m²
- Año: 2022
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Fotografias:Pedro Napolitano Prata
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Proveedores: Granidomus, Ladrilar, Lepri, Ruína, WV moveis
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Diseñada e implantada en medio de los árboles, la casa se sitúa en el límite de la finca y se acomoda en el leve desnivel natural del terreno. Tres grandes árboles guían el trazado en forma de "L", formando un patio central rematado por el volumen del garaje, lo que proporciona una ocupación más reservada para los habitantes al mismo tiempo que minimiza el impacto de la nueva construcción en el paisaje existente. Elementos naturales como el agua, el fuego y la tierra fueron importantes en las decisiones de diseño: el lago al lado de la casa, la chimenea de la sala y el revestimiento de ladrillo expuesto y cerámica.
El proyecto se desarrolla en dos volúmenes: el primero, más social, alberga la sala y la cocina en un ambiente único, cubierto por un techo a dos aguas y vigas de madera expuestas, similar a las antiguas construcciones de la finca. Allí, las vistas hacia el paisaje circundante fueron enmarcadas por tres pares de puertas corredizas de demolición que permiten una mayor permeabilidad y ventilación cruzada, favoreciendo el intercambio de aire y manteniendo la casa fresca. La altura del techo también contribuye al equilibrio térmico, junto con la sombra de los árboles circundantes. Los cerramientos de vidrio en la unión de las paredes laterales con el techo dan una sensación de ligereza a la estructura de madera, además de aumentar la entrada de luz natural durante el día y crear un efecto dramático por la noche, visto desde fuera.
El bloque de los dormitorios, por su parte, recibe una losa-jardín con una altura de techo más baja, dando una escala más íntima al ambiente. La habitación y el baño de los niños tienen colores más vibrantes en la pintura y en el revestimiento de azulejos hidráulicos. En el pasillo de acceso, una ventana alta a lo largo de toda la extensión ilumina el volumen indirectamente sin pérdida de privacidad.
En la suite, el baño gana protagonismo con azulejos en verde oliva y un jardín interno, que avanza hacia el dormitorio y está enmarcado al final del pasillo del vestidor. La iluminación natural en este ambiente se realiza a través de una gran ventana horizontal y un tragaluz, acercando aún más el cielo y la copa de los árboles al interior de la casa.
El piso de tablones en los dormitorios aporta calidez y, sobre todo, una neutralidad en el ambiente en general. Mientras que en la sala y la cocina, el piso de cerámica rojiza vibra en contraste con la carpintería azul. La cerámica y sus manchas naturales acomodan bien las frecuentes huellas de tierra de los perros o de los paseos por la huerta. En el escenario general, la sensación es que la casa recién construida siempre ha estado allí en el paisaje de la finca.