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Arquitectos: Estudio Mades
- Área: 206 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Gustavo Sosa Pinilla
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto se ubica en la región serrana de Tandil, provincia de Buenos Aires. El contexto es marcado por intensas visuales y una topografía accidentada. La Pirca reposa en medio de este paisaje que ofrece una imponente vista de la ciudad hacia un lado y de las sierras hacia el otro.
La decisión de un único techo como elemento predominante, unifica la volumetría, utilizando la cumbrera como directriz del polígono que conforma la cubierta a dos aguas. Así, se percibe como una pieza única, un único contenedor donde el área social se enriquece del vacío interior con diferentes espacialidades, alturas, visuales intencionadas.
Dos volúmenes de planta rectangular, cuyas funciones programáticas se distinguen entre el área social y el privado, se intersectan generando el acceso y en línea con este, la galería exterior descubierta.
El diálogo de los dos rectángulos se percibe en el trazado de la planta. Estos rotan sobre un mismo vértice, formando entre sí un ángulo obtuso, el cual responde a la topografía existente y a la orientación deseada. Uno de estos rectángulos se modifica para adecuarse a la dirección del otro y así ambas superficies quedan comunicadas y atravesadas a la vez, por el acceso - hall - galería.
Dos simples operaciones de sustracción en la volumetría, enfatizan el semicubierto de acceso y el de la galería, acentuando la transición entre estos espacios y generando una relación visual y espacial entre el interior y el exterior.
El nivel del suelo interior acompaña el desnivel del terreno. Esto permite separar el área privada de dormitorios (en el nivel superior) del área social (en el nivel inferior. El entrepiso actúa como un híbrido entre lo social y lo privado. Se crea así una secuencia de espacios diferentes conectados a un espacio continuo.
La obra se concibe como una volumetría simple y consolidada con operaciones de sustracción en el exterior que, además de generar aberturas intencionadas y en relación al entorno, dan lugar a muros de ancho útil, que albergan el mobiliario permanente y generan aleros para la protección solar. Así la obra resulta maciza y arraigada al sitio, como una gran piedra monolítica.