En la vorágine del día a día, una gran mayoría de los centros urbanos se transforman para dar paso a nuevas funciones y/o necesidades que demandan sus poblaciones buscando mejorar, renovar o actualizar aquellas infraestructuras, equipamientos, redes y espacios que posibilitan la vida en comunidad. Si bien los tiempos van cambiando y con ellos varias edificaciones, por ejemplo, que en su momento cumplían funciones importantes de protección o resguardo, comienzan a quedar obsoletas. Sin embargo, el legado patrimonial que dejan da cuenta del paso del tiempo y aporta un testimonio vivo de su historia que colabora en la consolidación de la identidad y el reconocimiento de un sentido de pertenencia.
Al momento de referirse al concepto de restauración entran en juego actividades relacionadas con la preservación y/o limpieza de fachadas y estructuras, el mantenimiento de determinados materiales y elementos deteriorados, la reconstrucción y/o sustitución de características espaciales y constructivas de otras épocas, etc. Según Alberto Humanes, “el objetivo de la restauración arquitectónica es la recuperación y conservación de lo construido” y si bien el debate ha de ser muy amplio y enfrentar diversas posturas, existen prácticas arquitectónicas contemporáneas que se plantean encontrar estrategias y herramientas para revalorizar estos edificios con rasgos dignos de permanecer en la memoria colectiva.
A lo largo de la historia, las intervenciones sobre edificios existentes involucraron operaciones de sustitución o agregación en el lenguaje arquitectónico de la época y con pocas referencias a su arquitectura. Hacia finales del siglo XVIII, una vez que se adquiere conciencia de la historia y del valor del patrimonio heredado, las intervenciones comienzan a reflexionar de manera interpretativa sobre las existencias indagando en cómo intervenir sobre ellas. Mientras las ideas de Viollet Le Duc entienden a la restauración como la restitución del monumento a "un estado acabado" desde la lógica de su construcción y estilo, las teorías de Ruskin, y posteriormente de Boito, la identifican con el mantenimiento, preservando el monumento de las operaciones que no apuntan hacia su conservación, respetando los aportes a su estado original y diferenciando las intervenciones necesarias.
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Por otro lado, y entre otras posturas, la alternativa derivada de la práctica histórica defiende la intervención creativa sobre los edificios a partir de la arquitectura de cada presente. De hecho, la ortodoxia del Movimiento Moderno apoyará este tipo de intervenciones en cualquier contexto histórico llevando al máximo el concepto de autenticidad consolidado en la diferencia, respaldada por Boito, y planteando la coexistencia de lo antiguo y lo nuevo por "contraste".
Ahora bien, ¿Qué se entiende por patrimonio? ¿Qué variables económicas, políticas, paisajísticas, culturales y sociales intervienen en la restauración de un edificio patrimonial? ¿Qué papel ocupan estos edificios en los centros urbanos y de qué manera la preservación histórica dialoga con los procesos de rehabilitación y renovación de estos espacios?
Sobre la restauración de edificios históricos y de interés cultural
Tal como sostiene Brandi en que "la restauración debe tender al restablecimiento de la unidad potencial de la obra", muchos profesionales de la arquitectura, arqueología, historiadores e investigadores coinciden en la importancia de preservar ciertos rasgos de las edificaciones relacionados con sus técnicas constructivas, materiales, mobiliarios y demás para conocer parte de las huellas e historias que traen ocultas. Por ejemplo, la consolidación y restauración de la torre del agua y mina del caracol en Aledo representa una recuperación volumétrica que sigue técnicas y utiliza materiales presentes encontrados en el edificio original mientras la restauración del castillo de la Tossa de Montbui también toma premisas históricas y datos de los elementos constructivos originales de la torre pero planteando la consolidación de los muros existentes y la construcción de elementos puntuales con referencia en elementos históricos.
Por otro lado, la puesta en valor de la Torre de la Cabrilla plantea una serie de actuaciones paisajísticas a su alrededor junto a mínimas intervenciones. Esta tipología de edificaciones defensivas demuestra, tal como en la Torre Espioca de Picassent, la importancia del estudio no solo del monumento visible sino también de los posibles vestigios ocultos que puedan hallarse en su entorno inmediato. De hecho, en Picassent se realiza una primera fase de seguimiento arqueológico para obtener información sobre las antiguas construcciones alzadas alrededor de la torre y que configuraban probablemente su imagen exterior.
Mientras desde Carquero Arquitectura han apuntado a restaurar y consolidar las fábricas existentes en el castillo de Morella evitando la reinterpretación de su estado original, existen otras perspectivas que conciben la restauración como acto creativo. La Casa de las aguas en Cartagena es un caso basado en la restauración de Casa Dorda, un antiguo convento del siglo XVIII construido para las carmelitas descalzas. Centrada en la revalorización de la planta baja del palacio como patrimonio de la ciudad y bien de interés cultural, la restauración busca recibir a la nueva sede de la compañía de aguas de la ciudad justificando el sentido del proyecto a partir del agua, que representará un nexo de unión en el uso de nuevos materiales.
Sobre la restauración y la renovación en los interiores de los apartamentos
En el interiorismo, la convivencia de estilos, colores y texturas puede colaborar en la creación de ambientes acogedores y confortables para sus habitantes. En reiteradas ocasiones, la remodelación de estos espacios aporta una segunda vida a las edificaciones dando lugar a nuevos usos y espacialidades, mejores condiciones de habitabilidad como una mayor ventilación e iluminación natural, etc. Pero, ¿cómo dialoga la restauración con la rehabilitación y reforma de los interiores de los apartamentos?
Frente a la búsqueda de fomentar la recuperación urbana de los centros históricos más degradados a través de la rehabilitación de inmuebles abandonados, lo cierto es que, previo a cualquier intervención, es fundamental desarrollar una investigación y seguimiento para descubrir qué elementos y espacios arquitectónicos se pondrán en valor, restaurarán o conservarán. La restauración de 8 pisos de un edificio residencial, que data de 1872 en Barcelona, involucró un trabajo de arqueología donde se encontraron desde dinteles de piedra ocultos hasta mosaicos de Nolla y piezas hidráulicas de gran riqueza cromática bajo pavimentos junto a artesonados en los techos. Otro ejemplo se ve en la rehabilitación de dos viviendas en Cabanyal que ha buscado mantener el carácter y espíritu de la tipología original al restaurar pavimentos hidráulicos originales, carpinterías de madera de alto valor, azulejos, vidrieras y otros detalles.
Si bien el uso de materiales originales y su convivencia con elementos nuevos forma parte, por lo general, de las remodelaciones contemporáneas también se está haciendo énfasis en el desarrollo de estrategias sostenibles. Tal como en la Rehabilitación la Carbonería en Barcelona o en la vivienda pública Vilar 3 en Orense, se busca contribuir en la reducción de los gastos energéticos ya sea incorporando soluciones pasivas, costos más asequibles, etc. Basada en la recuperación de la esencia histórica y un compromiso de contemporaneidad, la Casa Can Santacilia en Palma de Mallorca también se diseña con parámetros de sostenibilidad para maximizar su eficiencia energética, aumentar el aislamiento térmico, cuidar los puentes térmicos y utilizar un eficiente sistema de aire acondicionado central.
Sobre la restauración y su diálogo con la reconversión de espacios industriales
La intervención sobre edificios de carácter patrimonial representa un desafío que puede abordarse desde diversas aristas teniendo en cuenta factores como la preservación histórica, el reciclaje arquitectónico, la restauración, sustitución y demás. Ya sea que exista o no intención de recuperar el valor de las preexistencias, muchos espacios industriales en las grandes ciudades aún se distinguen por su arquitectura de ladrillos.
Si bien existen casos como la recuperación del Antiguo Matadero de Manresa FUB3 que trabaja en la recuperación de un complejo histórico preservando su carácter industrial de principios del siglo XX, también se encuentran proyectos como el de la Harinera del Grao que se califica como una intervención “en proceso” donde el edificio retoma una nueva etapa de su vida, adecuándose tecnológicamente y manteniendo al mismo tiempo el carácter de sus volúmenes y la presencia de su arquitectura en la ciudad.
Otro caso es el Museo Oliva Artés que involucra la recuperación y transformación de un viejo edificio industrial de 1920 en museo y propone la preservación del carácter del edificio y de su espacio interior, tan solo añadiendo las mínimas piezas necesarias para su funcionamiento. Mientras tanto, la Alquería del Pi, que responde al tipo arquitectónico de alquería tradicional de la huerta valenciana desarrollado entre los siglos XVI y XVIII, reutiliza materiales constructivos originales del edificio desechando sólo las piezas imposibles de recuperar por su mal estado de conservación.
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