Marcelo Rosenbaum habla con vivacidad y emoción, reflejando su innegable pasión por lo que hace. Su acercamiento a la arquitectura está marcado por una postura proactiva, lo que lo lleva a viajar a los interiores más remotos de Brasil, a menudo de forma voluntaria. Allí escucha atentamente las demandas locales y busca desarrollar proyectos que vayan más allá de simples edificios, convirtiéndose en instrumentos de transformación de la realidad local. Uno de sus proyectos más conocidos está en Tocantins, Hogares de Niños en Fazenda Canuanã, realizado en colaboración con la oficina Aleph Zero, que viajó por el mundo y ganó varios premios. El 20 de junio cerró el programa de la Convención Nacional AsBEA 2024, cuyo tema fue "Raíces Sostenibles", realizada en Florianópolis. Tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre su trayectoria profesional y algunos de sus trabajos más recientes:
Eduardo Souza (ArchDaily): ¿Podrías contarnos un poco de tu trayectoria profesional y si hay algún proyecto o momento concreto que consideres un punto de inflexión en tu carrera?
Marcelo Rosenbaum: Creo que la arquitectura es algo que se desarrolla con la madurez y la construcción de repertorios y conocimientos. Aunque no me gradué en arquitectura, estudié hasta el último año de la universidad, pero no terminé la carrera porque comencé a trabajar demasiado temprano. Tengo 55 años y soy del ABC Paulista, una región marcada por el fervor del nacimiento del PT y las grandes huelgas en las automotrices lideradas por Lula. Mi padre era abogado y trabajaba en fabricantes de automóviles, por lo que mi infancia estuvo impregnada de conversaciones sobre estos temas. ABC Paulista siempre ha tenido una clase media en ascenso, compuesta principalmente por trabajadores de la industria automotriz, muchos de los cuales se convirtieron en grandes empresarios. Sin embargo, esta élite emergente muchas veces no valoraba ni invertía en educación y cultura, lo que para mí siempre fue una contradicción, ya que veía una falta de información y comprensión sobre la necesidad de una mejor calidad de vida para todos.
Durante mis estudios universitarios en São Paulo, comencé a trabajar en arquitectura comercial, especialmente en el contexto del surgimiento de los centros comerciales en ABC Paulista. El primer año ya tenía mi propia oficina y me dediqué a diseñar tiendas, siempre enfocado en entender la identidad del consumidor y traducirla en espacios comerciales.
Mi carrera también involucró el diseño de muebles, especialmente en un momento en que la industria brasileña comenzó a mirar más de cerca el mercado interno. Trabajé con grandes parques industriales, que antes producían principalmente para exportación, pero con la crisis del dólar se volcaron al mercado nacional. En este contexto, colaboré con grandes empresas creando muebles asequibles para la clase media brasileña.
Mi sueño siempre ha sido democratizar el diseño, haciéndolo accesible a todos. Finalmente, mi camino me llevó a la televisión, donde seguí explorando el diseño y la arquitectura. La televisión abrió nuevas oportunidades y direcciones en mi carrera, permitiéndome continuar desarrollando y compartiendo mi visión del diseño democrático.
ES: Esto también popularizó y dio visibilidad a tu trabajo ante un público con acceso limitado a la arquitectura y el diseño.
MR: Es verdad. Estuve más de un año en este programa de televisión enfocado en arquitectura y diseño, donde tuvimos la oportunidad de hablar sobre espacios de gran escala. Aunque se trataba de un programa de entretenimiento, las soluciones debían ser rápidas y eficientes. Incluso buscamos introducir alternativas de saneamiento, como pozos de plátano y evapotranspiración, para zonas sin saneamiento básico. Visitamos hogares donde la seguridad y la privacidad eran casi inexistentes. A menudo, un armario separaba el dormitorio de la cocina y el baño. El programa tenía como objetivo ofrecer soluciones simples que aportaran un mínimo de comodidad y dignidad. Las personas, por lo general, veían estas mejoras como lujos, pero sólo eran esenciales para la calidad de vida humana. Este trabajo resaltó la importancia del arquitecto, especialmente para un público que no comprende ni tiene acceso a estos servicios. Frecuentemente la arquitectura y el diseño se consideran inalcanzables, pero sabemos que renovaciones simples, como un baño, pueden transformar vidas. La televisión nos permitió explorar esta idea, conectando diseño e identidad cultural, y mostrando cómo la arquitectura puede ser accesible e impactar positivamente en la vida de las personas. Este proyecto fue un gran ejercicio y laboratorio, enfocado a escuchar y crear soluciones para mejorar la vida de las personas.
Posteriormente, junto a mi pareja, Adriana Benguela (arquitecta graduada de la Universidad Estadual Paulista en 1995), creamos un instituto llamado "A Gente Transforma". Este movimiento aborda temas actuales, como la crisis climática y el borrado cultural, y busca valorar la riqueza y diversidad cultural de Brasil. Reconociendo el doloroso pasado del etnocidio, nos centramos en las reparaciones y actuamos como aliados en la preservación y promoción de estas culturas. Nuestro trabajo busca integrar la arquitectura y el diseño en soluciones que beneficien a estas comunidades. Un ejemplo significativo fue el proyecto para la Fundación Bradesco, la Escuela Fazenda Canuanã, que recibió el premio RIBA y fue elegido Edificio del Año. Este proyecto ejemplifica cómo podemos utilizar nuestras habilidades profesionales para promover un cambio social y ambiental positivo.
ES: De hecho, es un proyecto destacable, en colaboración con la oficina de Aleph Zero. ¿Cómo fue trabajar en cooperación con otros arquitectos y cuáles fueron los mayores desafíos y aprendizajes al trabajar en este proyecto?
MR: Trabajamos siempre con la co-creación. Para mí no tiene sentido conservar el conocimiento; el objetivo es compartirlo y ampliarlo. Fue con esta mentalidad que invité a esta oficina de dos jóvenes graduados de Curitiba a desarrollar el proyecto con nosotros, desde el principio, presentando toda la metodología y el proceso. Cuando fui invitado al proyecto de la Fundación Bradesco, estaba profundamente involucrado con "A Gente Transforma" y quería aplicar la misma metodología de escucha y co-creación, trabajando junto con los usuarios finales, especialmente los niños. Trajimos Aleph Zero para ofrecer una visión diferente de la arquitectura, contrastando lo rural y lo urbano, y promoviendo un diálogo entre diferentes lenguajes arquitectónicos.
Este enfoque no se trata sólo de crear espacios, sino también del proceso de transformación que se lleva a cabo. Los profesionales que participan en estos proyectos crecen y evolucionan, igual que yo. La cultura como herramienta de transformación social nos desafía a escuchar, comprender y respetar los diferentes contextos sociales. El objeto construido es importante, pero es el proceso el que realmente transforma a todos los involucrados.
ES: ¿Y cómo funciona esta metodología, especialmente cuando se trabaja con la comunidad local para comprender e integrar el conocimiento regional? Veo que este enfoque, de valorar y acercar el lenguaje cultural y regional, es algo constante en sus proyectos.
MR: Nuestra metodología comienza con la escucha y observación detallada del contexto local. Al principio, hay pocas certezas y muchas preguntas. Cuando iniciamos este proyecto, hablamos con los niños, nuestros "clientes", para entender sus necesidades. Imaginemos a niños que viven en un internado desde los 7 hasta los 17 años y pasan gran parte de su vida fuera de casa. El desafío era cambiar la idea de que vivían en la escuela, pero que la Escuela Canuanã era su casa. También quisimos rescatar y poner en valor los conocimientos de los abuelos, como la construcción con barro, que muchas veces es estigmatizada. Introdujimos nuevas tecnologías de construcción con arcilla para demostrar que este material puede ser una solución cómoda y sostenible para el futuro. Evidentemente, tuvimos que afrontar numerosos prejuicios respecto a estos métodos.
La Fundación Bradesco nos dio carta blanca para aplicar nuestra metodología. Los niños participaron activamente, diseñando y construyendo sus propios espacios. En las actividades de teatro y medición, encontramos que los grupos ocuparon los espacios independientemente de manera similar, validando sus elecciones intuitivas. Estas dinámicas ayudaron a crear un ambiente escolar colectivo y participativo. La gran cubierta que construimos para los dormitorios, inspirada en las estructuras indígenas tradicionales, proporcionó sombra y protección, reflejando nuestra investigación sobre las comunidades tradicionales. Este proyecto fue un ejercicio radical de respeto y co-creación, transformando tanto el espacio físico como la percepción que los niños tenían de su entorno. La sombra aporta un silencio casi poético, especialmente en lugares muy calurosos. Cuando entras en un hueco, más allá de la oscuridad, que es diferente a esa oscuridad asociada al miedo en el Antropoceno, se encuentra un espacio introspectivo. La oscuridad aquí no es de oscuridad, sino de lo desconocido, un lugar para la introspección y la conexión con uno mismo, y esto se refleja en lo colectivo, ya que la vida allí es esencialmente comunitaria.
ES: Y para quienes se encuentran en un ambiente tan espacioso durante el día, es importante tener este momento de introspección en un espacio más oscuro.
MR: Exactamente. Todo es muy colectivo, al contrario de lo que vivimos hoy en las sociedades, donde predomina la individualidad. Allí, la colectividad es la norma, en total contraste con nuestra forma de vida actual.
ES: ¿Cómo afrontás la investigación y selección de materiales para tus proyectos arquitectónicos, especialmente en términos de sostenibilidad y uso de materiales locales? ¿Podrías compartir algún ejemplo reciente en el que la innovación tecnológica y las asociaciones con otros profesionales o comunidades locales hayan desempeñado un papel crucial? ¿Cómo se equilibran estas innovaciones con las necesidades y tradiciones de las comunidades involucradas?
MR: Creo que vivimos en tiempos muy confusos y complicados. La crisis climática es real y está sucediendo ahora. Ya estamos atravesando transformaciones y creo que incluso los seres humanos sufriremos cambios fisiológicos para soportar estas nuevas condiciones. Regresé ayer de Acre, en el Amazonas, donde he trabajado durante 12 años, y el río está seco, algo sin precedentes según la población local. Esta es la mayor sequía que jamás hayan enfrentado. Imagínense que la única manera de acceder es por río, y ahora estamos hablando de ocho centímetros de agua, empujando el barco.
En relación a la investigación de materiales, nos enfocamos en utilizar recursos locales, trayendo nuevas tecnologías que generen confort y calidad de vida. Cada proyecto tiene sus particularidades y necesidades. Este proyecto de 12 años en el Amazonas, por ejemplo, utiliza 100% materiales forestales. Inicialmente, el proyecto fracasó porque parecía más mi deseo que el de ellos.
Sin embargo, cuando consiguieron financiamiento, me contrataron y definieron claramente que querían un edificio en forma de Y, símbolo del pueblo Yawanawá, en lugar de las tradicionales construcciones de paja. Este proceso mostró la importancia del protagonismo indígena. Hoy, el 90% de nuestros proyectos son para comunidades indígenas o quilombolas que nos contratan directamente. Esta es una victoria que muestra confianza mutua.
Las comunidades, en general, ya no quieren edificios de paja debido al mantenimiento y la resistencia. Trabajamos para crear edificios más duraderos y confortables, utilizando materiales locales de manera eficiente. Invité al ingeniero estructural especializado en madera Hélio Olga para ayudar a desarrollar una estructura que utilice menos madera, sea más fácil de transportar y ofrezca más protección contra los elementos. Incluso estamos considerando las tejas tipo sándwich, ya que las tejas de zinc son comunes en la construcción local. Es difícil decir que no hay vanidad en la arquitectura, o que no tiene autoría. La arquitectura tiene estos elementos. Pero ¿cómo podemos lograrlo escuchando las necesidades? Todos los proyectos que estamos llevando a cabo, que considero emblemáticos, responden bien a esta pregunta. Utilizamos madera nativa, extraída del bosque, respetando el contexto local y las necesidades de las comunidades.
Nuestro objetivo es respetar siempre las necesidades y contextos de las comunidades, evitando romanticismos y pensando en su futuro. Estos 12 años de intentos y aprendizajes dieron como resultado una arquitectura que valora el tiempo, el respeto, las alianzas y la escucha de las necesidades locales. ¿No es ésta la verdadera esencia de la arquitectura? ¿Será que el futuro de la arquitectura, más que inmediato, no está en este lugar de tiempo, disputas, respeto, alianzas y presencia?
