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Arquitectos: Besonias Almeida Arquitectos
- Área: 171 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Hernán de Almeida
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa Loma se encuentra ubicada en Costa Esmeralda, un emprendimiento privado sobre los médanos de la costa bonaerense a 390 Km de Buenos Aires y a solo 13Km al norte de Pinamar. Se trata de un complejo urbano de gran valor paisajístico en el que conviven pastizales autóctonos con una forestación joven de acacias y pinos marítimos y que preserva algunos sectores de bosque consolidado.
El terreno, de 22m de frente y 50m de fondo, posee una arboleda joven de pinos marítimos y forma parte de un médano que se eleva abruptamente hasta 4m por encima del nivel de la calle en los primeros 6m de retiro, manteniendo esa diferencia también con uno de los lotes linderos. Esta particularidad, si bien dificulta el acceso, proporciona suficiente intimidad sin necesidad de recursos extras en relación con el espacio público y con uno de los predios vecinos.
El encargo consistió en una casa de veraneo enteramente construida en hormigón visto, incluyendo en este pedido también una parte considerable de su equipamiento. Los comitentes dejan a criterio del estudio la posibilidad de romper con esa extrema uniformidad utilizando algún otro material que pueda expresarse en contraste tanto en color como en textura con el hormigón, aclarando que esa elección se realice considerando un mantenimiento nulo.
El programa debía contemplar un dormitorio en suite con lugar de guardado propio para el matrimonio y dos dormitorios con baño compartido para los hijos con capacidad para recibir amigos. El área social debía ser el espacio protagónico de la casa y el que estableciera la relación más fluida con el bosque y con las diferentes actividades al exterior requeridas para vivirlo intensamente. También solicitaron un espacio cerrado para el guardado de vehículos de playa y un espacio al aire libre para vehículos.
Para dar respuesta a la situación creada por el importante desnivel entre el lote y su entorno, sin hacer modificaciones en su topografía y respetando la totalidad de los árboles existentes, se propuso resolver la casa estableciendo un recorrido peatonal que sacara provecho de unas condiciones en principio adversas. El trayecto se inicia al pie de una cómoda escalera de cinco descansos, que recorre casi todo el lateral en pendiente con el lote lindero más bajo. Al final del ascenso y través de un portal se ingresa a un patio. Un espacio que se va insinuando tamizado por una serie de tablas de quebracho en posición vertical, mientras se sube la escalera. Un espacio organizador de toda la casa que, resguardado de las miradas de los vecinos, brinda intimidad y expansión a los ambientes más importantes de la misma.
En un ángulo del patio, e insinuada apenas por un alero, se encuentra la puerta de ingreso al área social con todos los usos integrados (estar, comedor, cocina) y determinados según el tipo de equipamiento de hormigón propuesto. Girando, y a través de un corredor integrado visualmente con el patio, se ingresa a los dormitorios secundarios y el baño general. Al final del recorrido, anunciado por una entrada de luz, se accede al dormitorio principal con vistas a la calle a través de una abertura horizontal baja a lo largo de toda la suite. Finalmente, y a través de un importante ventanal podemos salir al patio e iniciar nuevamente el recorrido. Además del acceso por la escalera se ha previsto otro secundario con tablas de quebracho sobre el terreno natural para poder ingresar directamente al sector de las actividades al aire libre bajo la arboleda.
Definida la forma de escalar el médano para ingresar a la casa y la distribución de los ambientes para sortear todos los árboles, quedaba por resolver de qué manera hacer evidente desde la calle un acceso a la casa tan alejado de esta vía. Se decidió entonces producir una ruptura en la rigurosidad formal de la volumetría a los efectos de anunciar ese ingreso. Esto se consigue quebrando la ortogonalidad de la planta con un leve giro de la traza de la escalera y del lateral del patio. De esta manera, se hace visible parte del prisma que encierra las actividades sociales y, en la misma operación con el arrastre de parte del tabique lateral, se genera una distorsión volumétrica muy visible desde la calle.