La rehabilitación implica reparar, renovar, alterar o reconstruir cualquier edificio o estructura. Aborda la necesidad de mejorar significativamente las características defectuosas de un edificio, principalmente mediante el fortalecimiento o el reemplazo de ciertos elementos para restaurar el rendimiento óptimo de su estructura. El impacto de la rehabilitación de edificios en el entorno físico es significativo. Se trata de una estrategia sostenible para preservar el entorno construido y mitigar el impacto de la industria de la construcción en el cambio climático.
Sin embargo, su impacto social también es considerable cuando se lo contempla como un marco fundamental para lograr resultados sostenibles. La rehabilitación puede servir como modelo que reúna a los miembros de la comunidad para la reparación y restauración inclusiva de estructuras. Esto afecta positivamente la calidad de vida comunitaria, la integración social, la sostenibilidad ambiental y la percepción comunitaria de la arquitectura local.
Este artículo examina dos casos de estudio del sur global, demostrando cómo el aspecto social de la rehabilitación de edificios puede servir como marco para la reparación y preservación arquitectónica.
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La arquitectura como agente transformador: la rehabilitación urbana en Cabo VerdeLa Gran Mezquita de Djenné/ Mali
La Gran Mezquita de Djenné, ubicada en la actual Mali, es nuestro primer caso de estudio. Se erige como una de las estructuras religiosas más distintivas a nivel mundial y representa el pináculo de la arquitectura sudanosaheliana. La mezquita, reconocida como la estructura construida con adobe más grande del mundo, se encuentra entre los monumentos de tierra en el área conocida como el Círculo Djenné. Este círculo incluye los sitios arqueológicos de Djenné-Djeno, Hambarketolo, Tonomba y Kaniana.
La mezquita actual, terminada en 1907, marca la tercera reconstrucción. La estructura que vemos hoy tiene una planta rectangular, parcialmente cerrada por un muro exterior de tierra. También cuenta con una distintiva cubierta de tierra, sostenida por pilares monumentales. El techo contiene varios huecos cubiertos por tapas de terracota, ventilando los espacios interiores incluso en los días más calurosos. La fachada de la mezquita consta de tres minaretes, una serie de columnas comprometidas y un ritmo de andamios de madera permanentes, todos contribuyendo a brindar un gran efecto de bienvenida.
Además, la Gran Mezquita se mantiene gracias a una tradición comunitaria conocida como el Crépissage de la Grand Mosquée, o el festival anual de restauración. Durante este evento, toda la ciudad participa en volver a revocar el exterior de la mezquita con revoque de barro. Este yeso está hecho de una mezcla de mantequilla y arcilla fina del suelo aluvial de los cercanos ríos Níger y Bani.
Normalmente, los hombres de la comunidad mezclan el material de construcción y lo transportan a las zonas de enlucido, mientras que las mujeres suministran el agua para la mezcla. Los ancianos, las mujeres y los niños contribuyen estando presentes en el lugar, sentándose en las paredes de la terraza, ofreciendo consejos y combinando el trabajo con el juego cantando, corriendo y a través de diversas formas de participación comunitaria. La música también es una parte crucial del festival de restauración. A medida que las personas participan en el proceso de rehabilitación, se genera un intercambio de valores intangibles y un fortalecimiento de los vínculos comunitarios.
A lo largo de los años, los residentes de Djenné se han resistido a los intentos de alterar el carácter de su gran mezquita y la naturaleza del festival anual. Destacan la importancia del material temporal, su necesidad de rejuvenecimiento constante y las bases sociales que el festival proporciona para preservar el edificio.
Reconstrucción de Vivienda en Santiago Niltepec, Oaxaca, México
El segundo caso de estudio de rehabilitación social se centra en la reconstrucción de viviendas después del terremoto en Santiago Niltepec, Oaxaca, México. En septiembre de 2017, dos potentes terremotos sacudieron México. El primero ocurrió el 7 de septiembre cerca del estado suroccidental de Oaxaca, seguido por otro terremoto apenas 12 días después cerca de Puebla, a sólo 120 kilómetros de la Ciudad de México. Estos sismos destruyeron cuatro de cada cinco edificaciones en la localidad rural de Santiago Niltepec en Oaxaca.
Tras el desastre, algunas familias quedaron excluidas de los programas de reconstrucción del gobierno. Estos programas ofrecían una pequeña donación financiera o viviendas de reemplazo estandarizadas de baja calidad y alto impacto ambiental que ignoraban las tradiciones culturales y arquitectónicas de la zona. Sin embargo, el Programa VACA A.C.(VACA), una organización de la sociedad civil enfocada en proyectos sostenibles de construcción comunitaria en comunidades indígenas rurales, buscó unir a las familias para la reconstrucción de sus hogares.
Los residentes participaron en un proyecto de co-construcción, utilizando técnicas tradicionales locales y materiales predominantemente naturales, disponibles a nivel local. Diseñaron casas para satisfacer sus necesidades y preferencias individuales a través de metodologías colaborativas e inclusivas. Este enfoque de colaboración social impulsó la construcción de viviendas de manera colectiva y solidaria. En consecuencia, estas casas eran duraderas, cómodas, sostenibles, energéticamente eficientes y preservaban el patrimonio arquitectónico de la comunidad. La fundación de ayuda mutua y construcción colectiva también aseguró que los beneficiarios adquirieran las habilidades para mantener sus hogares en el futuro. El plan de rehabilitación ganó el Premio Mundial del Hábitat en 2021. Los comentarios de las familias que participaron en el plan subrayan la importancia de las fundaciones sociales en la reparación, renovación y preservación de la arquitectura.
Aprendimos a trabajar todos los días. Se aprende mucho de los que traen otras técnicas, a construir y hacer amistad con la gente, y eso es muy lindo. La forma en que trabajamos fue buena. Ahora podemos hacerlo nosotros solos, porque aprendimos todo, ya conocemos la técnica. Todos los que no participaron en el proyecto o se echaron atrás, se arrepienten mucho, ¡porque las casas son tan hermosas! Si hay otro proyecto en el que podamos ayudar, ¡vamos! Dicen: “Entre muchos, el cadáver no pesa”. – Epifanio López
La Gran Mezquita de Djenné ejemplifica cómo la preservación de un edificio de gran escala puede servir como telón de fondo social para toda una comunidad y transmitir normas culturales. También fomenta la transferencia de conocimientos arquitectónicos, materiales y de construcción entre generaciones. A menor escala, el proyecto en Santiago Niltepec demuestra que involucrar a una comunidad en un diseño sustentable y culturalmente sensible puede resultar en viviendas de alta calidad. Esto no sólo salvaguarda el patrimonio arquitectónico de la comunidad, sino que también proporciona una alternativa inclusiva y asequible a los programas convencionales de reconstrucción vertical.