-
Arquitectos: Estudio Gonzalo del Val
- Año: 2022
-
Fotografías:José Hevia
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las viviendas de Madrid de principios de siglo XX se caracterizan, en general, por una distribución alargada del programa doméstico, dando como resultado pasillos muy prolongados y patios interiores de pequeño tamaño. Nuestra propuesta para esta tipología tradicional consiste en unificar una serie de espacios eliminando en la medida de lo posible distribuidores y pasillos para convertirlos en estancias programadas.
El estado previo de la vivienda se organizaba con un hall de entrada y armario, un pasillo que llevaba hacia las habitaciones y la cocina independiente, y por último, un salón separado del resto de la vivienda que da a la fachada exterior. La nueva distribución agrupa los principales programas: hall, cocina y salón; eliminando el pasillo entre ellos y convirtiendo cada programa doméstico en un objeto con identidad propia.
Cada estancia de la casa está ocupado por un objeto que cualifica el espacio y hace que funcione de forma específica. La pieza principal en la entrada a la vivienda se caracteriza por ser una enorme estantería que cubre la pared y se pliega en horizontal, dando como resultado un falso techo de celdas donde ilumina y aclimata el espacio. Esta estantería espacial, está realizada con paneles de DM crudos contrachapados con una lámina de color vainilla. Un armario empotrado sirve de apoyo para sujetar esta L invertida.
El armario visto desde el salón funciona como un gran cubo de cerezo ensamblado con la estanteria. Rematando esta pieza de madera se encuentra la entrada a la vivienda ejecutada con un panelado de color negro. Esta pieza, hueca y oscura, sirve de charnela para terminar con una cocina abierta y conectada al hall y salón. La posición de la encimera y la eliminación del tabique que separaba la cocina, permite usar el pasillo como una zona que hace más lúdica la tarea de cocinar.
Todos los materiales que se usan en esta obra, juegan con una heterogeneidad radical asignando materiales y colores a cada programa o pieza doméstica. Madera de cerezo, aluminio, mármol, cerámica, vainillas, marfiles y blancos rotos...
Para optimizar el presupuesto de obra algunos elementos se mantienen, como la tarima de madera, las carpinterías exteriores, algún tabique y falsos techos... Por otro lado, otros elementos se desvelan en las demoliciones como algo valioso, el forjado metálico que se instaló en la reconstrucción del inmueble queda a la vista al retirar el falso techo que lo cubría, ganando en el salón una altura de más de tres metros.
Cornisas, baquetones y molduras de escayola propios de una vivienda de principios del siglo XX resisten y conviven con vigas metálicas y chapas colaborantes de la última gran rehabilitación.