La arquitectura del paisaje está en su mejor momento. La reciente prueba: la semana pasada, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos decidió acreditar el campo con su prestigioso designación STEM. Como parte de las disciplinas educativas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) que entran en esta categoría, los estudiantes de arquitectura del paisaje ahora pueden dedicar 24 meses en lugar de 12 buscando empleo y capacitación después de graduarse en Estados Unidos. El título también promete más prestigio para los graduados, salarios de entrada más altos y mayor flexibilidad profesional. Torey Carter-Conneen, CEO de la Sociedad Estadounidense de Arquitectos Paisajistas (ASLA), califica el desarrollo como un avance significativo para la "educación y práctica de la arquitectura del paisaje, y eso es genial para Estados Unidos y la comunidad global".
La noticia corresponde a un creciente énfasis en la arquitectura del paisaje como una práctica fundamental en todo el mundo en los últimos años, una práctica que está estrechamente relacionada con las nociones de salud pública, diseño ambiental, biofilia, sostenibilidad y repoblación forestal. También subraya la relación íntima entre la tecnología y la disciplina. Las propuestas de paisaje cada vez más se basan en la ciencia y tecnología avanzadas para predecir cómo las intervenciones ecológicas pueden alterar un terreno existente y determinar qué medidas producirán el mayor beneficio tanto para los humanos como para la naturaleza. El ideal contemporáneo de praderas silvestres y bosques biodiversos puede existir libres de influencia externa, pero el camino para llegar allí desde un punto de partida urbano requiere asistencia.
Esta tendencia hacia el retorno de las ecologías alrededor de nuestro entorno construido a su forma original o adaptándolas para un futuro climático cada vez más incierto ha estado ganando impulso durante varios años. Retrocedemos y vemos cómo el paradigma cambió de céspedes cuidados a praderas de flores silvestres y examinamos algunos proyectos de paisaje seleccionados de nuestra base de datos.
Aunque el estadounidense Frederick Law Olmsted se cita a menudo como el moderno "padre de la arquitectura del paisaje" debido a su trabajo en América del Norte (especialmente en el Central Park de la ciudad de Nueva York), podría decirse que fue precedido por un homólogo en el Reino Unido. John Claudius Loudon fue un botánico, arquitecto paisajista y periodista escocés cuyos escritos promovieron ideas de parques públicos, jardines privados y arquitectura doméstica en gran parte del mundo occidental ya en 1803. Mientras que las ideas de formalizar la naturaleza de esta manera habían sido en su mayoría reservadas para parques y palacios reales, un ejemplo prominente siendo el trabajo de André Le Nôtre en el Versalles de Luis XIV, con diseños anteriores que se remontan hasta el Antiguo Egipto, el trabajo de Loudon dio al público en general acceso a espacios que introducían en sus florecientes ciudades un retorno (aunque muy manufacturado) a la naturaleza.
Cualquier creación que se reconozca como una obra de arte no debe poder ser confundida con una obra de la naturaleza. –– John Claudius Loudon
Fieles a la filosofía de Loudon, aunque estos primeros paisajes se consideraban espacios de respiro para los habitantes de las ciudades, eran cualquier cosa menos naturales. Se prestaba poca atención a la flora y la fauna locales, y las plantas autóctonas dejaban paso a setos ordenados y exóticos elementos decorativos. No fue hasta el movimiento Arts & Crafts de finales del siglo XIX cuando los paisajes planificados empezaron a reflejar e incorporar más fielmente su entorno y a transformarse en los exuberantes espacios verdes urbanos arquitectónicos de muchas metrópolis del Norte y del Sur.
Sin embargo, el verdadero despertar medioambiental de la disciplina no se produjo hasta mediados del siglo XX. La Silent Spring de Rachel Carson irrumpió en escena con fuerza en 1962, exponiendo los peligros de los pesticidas y reexaminando los riesgos de la intervención humana en un sistema ecológico ya de por sí delicado. Arquitectos paisajistas como Ian McHarg y Roberto Burle Marx recogieron el testigo verde, seguidos más tarde por otros de la talla de Norman Foster, Piet Oudolf, Martha Schwartz, o Doug Farr.
Estos días nos encontramos en otro punto de inflexión. Con el paisaje y la arquitectura más entrelazados que nunca debido a los cambios climáticos en todo el mundo, cada vez más estudios dedican su tiempo y sus esfuerzos a proyectos de rehabilitación holística que implican métodos científicos altamente especializados para pasar de un lenguaje de diseño antropocénico a otro que se centre en la simbiosis ecológica entre el ser humano y la naturaleza. Los bancos de semillas han pasado de ser una arquitectura del "Día del Juicio Final" a convertirse en Pabellones Nacionales en la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2023 y las estrategias de descarbonización pasiva son cada vez más frecuentes, por nombrar solo algunos indicadores de esta tendencia.
Movimientos populares de diseño como Lo-TEK -construido en torno a tecnologías autóctonas y regenerativas-, la re-silvicultura y la circularidad desafían las nociones preconcebidas de construcción y abogan por un enfoque menos invasivo, conservacionista e interdependiente de la arquitectura y el diseño paisajísticos. Teniendo en cuenta la naturaleza específica de cada lugar y su historia, el trabajo de estudios como SCAPE, Hood, Cave_bureau, MNLA, DnA, o Zewde está allanando el camino para un renovado cambio de paradigma que utiliza los poderes del avance tecnológico para restaurar visiones de paisajes pasados.
He aquí algunos ejemplos de nuestra base de datos que ponen de relieve las ecologías autóctonas dentro de contextos construidos y pueden servir de punto de partida para los desarrollos necesarios que están por venir.