La Municipalidad de Miramar de Ansenuza junto al Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba decidieron llamar a un Concurso Nacional de Ideas para la creación del Parque Urbano Costanero del Barrio 105 en Miramar de Ansenuza, Córdoba, Argentina. El objetivo buscó reunir ideas y propuestas donde el parque forme parte del sistema de espacios públicos del sitio, conformándose espacios de calidad de vida para posibilitar el encuentro, la recreación, el ocio y el disfrute de los paseos al aire libre.
La localidad de Miramar de Ansenuza se ubica hacia el noroeste de la provincia de Córdoba y pertenece al Departamento de San Justo. A unos 195 kilómetros de la ciudad de Córdoba, Miramar es la única población localizada sobre la laguna de Mar Chiquita o Mar de Ansenuza, que corresponde a la cuenca cerrada del Río Dulce formando un ecosistema de humedales junto a sus zonas de bañados. Según el Censo del 2010, se trata de un municipio de alrededor de 2023 habitantes, cuya dinámica de población se vincula con las fluctuaciones de la laguna y sus vaivenes históricos, en base al régimen de subidas y bajadas de las aguas que la localidad sufrió a lo largo de su historia.
El Barrio 105 es uno de los barrios construidos por el gobierno de la Provincia de Córdoba para aquellos habitantes que habían perdido sus viviendas tras la gran inundación de 1977. Tomando el paisaje, la cultura, el arte, el turismo y la identidad de Miramar como ejes y expresando un relato lúdico, simbólico y emotivo, se pretenden ordenar y aportar diversas actividades a todo el frente costero de la localidad, dando valor a la existencia de la laguna y ampliando las áreas influenciadas por el turismo. A partir de propuestas que involucren nuevas formas de uso de los espacios públicos, se plantea integrar diferentes actividades y consolidar la identidad del centro urbano y de su espacio costanero.
Conoce a continuación todos los proyectos premiados.
Primer Premio
- Autora: Julieta Scarafia, Josefina Petrini (ODA Estudio)
- Colaboradores: Rocío Soffedri, David Andrés, Micaela Morán Liendo, Gastón Giusto
Memoria enviada por los autores. El sitio se encuentra sobre la costa de la Laguna Mar Chiquita de la ciudad de Miramar de Ansenuza. La propuesta para el nuevo Parque Urbano Costero surge de la idea de distribuir el programa solicitado en un eje longitudinal que pudiese vincular el fondo urbano existente con el frente costero de la laguna.
Este eje que atraviesa el terreno de este a oeste, se materializa en una gran sombra compuesta por elementos naturales y artificiales, que alberga un recorrido o boulevard entre un paseo de artesanos y un paseo gastronómico. Una hilera de árboles acompaña este eje de circulación programática, operando como filtro entre ciudad y parque.
Durante el proceso, el desafío de cómo generar espacio urbano con la menor arquitectura posible hizo del tratamiento del suelo una oportunidad proyectual crucial. Desde el perímetro del parque hacia el centro, se manipula el terreno en diferentes alturas a modo de miradores hacia la laguna y entorno a este gran espacio central. Bajo la misma premisa, un gradiente de solados varía su permeabilidad hasta llegar al suelo natural definiendo así las funcionalidades: adoquines trabados para paseos, adoquines y césped para plaza bosque, y césped para parque mirador.
Segundo Premio
- Autores: Fabián Alberto Tolosa, Fernando Rodrigo Matos, Luis Ignacio Pereyra, Facundo González Martínez
- Colaborador: Danilo Mariano Gómez Cobo
Memoria enviada por los autores. Por su localización estratégica, la ciudad de Miramar cumple un rol fundamental al constituirse en la “puerta” de ingreso al Parque Nacional Ansenuza, uno de los atractivos naturales turísticos más importantes del centro de la Argentina que potencia las actividades de toda la región. El Mar de Ansenuza (Mar Chiquita) es la laguna de agua salada más grande de Latinoamérica y la quinta a nivel mundial. Tributan desde el norte las aguas del Río Dulce y sus bañados, y desde el sur el Río Primero o Suquía y el Río Segundo o Xanaes. Es una de las reservas de biodiversidad más grandes de la Argentina. Fue declarado humedal de importancia internacional por la convención Ramsar en 2002.
Desde su origen, Miramar estableció una relación simbiótica con la laguna, conviviendo y adaptándose a sus permanentes fluctuaciones. Sus vaivenes históricos y económicos estuvieron ligados a las grandes subidas y bajadas del nivel de sus aguas generando a partir de su resiliencia una idiosincrasia única que identifica a la ciudad y sus habitantes. Los restos arqueológicos de las 37 manzanas de la ciudad que quedaron bajo las aguas debido al avance de la laguna en 1977 y posteriormente en 2003, son en la actualidad un atractivo turístico. Vestigios del pasado hoy de valor patrimonial, emergen y se sumergen en el agua produciendo un sincretismo único entre ciudad y naturaleza.
Para reforzar la identidad de la ciudad, y su rol de “puerta” al Parque Nacional Ansenuza, se definen a nivel urbano una serie de acciones proyectuales, tendientes a preservar y poner en valor los paisajes patrimoniales naturales e históricos-culturales protegiendo al medioambiente y la calidad de vida de sus pobladores y turistas, de las acciones de su entorno predominantemente rural. Las acciones se enmarcan en los lineamientos del Plan de Ordenamiento Urbano Ambiental de Miramar de Ansenuza, elaborado en el convenio de extensión universitaria entre la FAUD-UNC y la Municipalidad de Miramar Ansenuza (2019).
De la resiliencia de aquellos acontecimientos históricos surge la idea conceptual del proyecto, determinando dos acciones estratégicas: potenciar el rasgo del sitio como espacio de contemplación a la laguna y dinamizar el parque mediante la diferenciación de roles y un programa de usos amplio y variado.
Tercer Premio
- Autores: Francisco Espósito, Guido Quiró (PRISMA Arquitectura)
- Colaboradores: Juliana Arviza Faccio, Nicolás Uberti, Agustina Ciccolini, Tomás Bruschini
Memoria enviada por los autores. Nuestro mundo es testigo de una realidad: la degradación del medio ambiente y la pérdida de la conexión humana con la naturaleza cada día se acrecienta más. En nuestra carrera hacia el progreso, nos hemos alejado cada vez más de la relación con el mundo natural, olvidando que somos una parte intrínseca de él. Como resultado, hemos perdido la conexión con nuestra propia humanidad, nuestro sentido de comunidad y nuestra responsabilidad hacia el entorno común.
Nos interesa plantear un nuevo paradigma en el que la humanidad y el mundo natural puedan coexistir en armonía, en el que el límite entre ambos se desvanezca, dando lugar a un nuevo borde. Un borde que, al fundir los dos mundos en uno solo, manifieste una nueva realidad, tangible e intangible, presente y ausente: una nueva realidad HUMANATURAL.
En la interacción entre ambos mundos se propone un nuevo lugar. Un lugar anfibio. Los anfibios son considerados como puentes energéticos naturales. Son la única especie capaz de habitar dos mundos a lo largo de su vida el agua y la tierra, dos elementos que simbolizan la dualidad de nuestra propia naturaleza. Fueron los primeros animales vertebrados en abandonar el agua y empezar a vivir en el medio terrestre. Así como ellos, nosotros somos parte de esa evolución, somos tierra y somos agua.
Menciones Honoríficas
- Autores: Gonzalo Rodríguez, Franco Godoy
- Colaboradores: Ludmila Balvidares, Lisandro García
- Autora: María Florencia Ruiz Cabello
- Colaboradoras: María Rosario Ruiz Cabello, Gimena Ailen Ponce Abba
- Autor: Iván Pablo Ravnik (IK Arquitectura)
- Colaboradores: Ivo Mazzino, Martina Nuñez, Julián Prati Fazzio
