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Arquitectos: Mario Montesinos Marco Architecture & Interior
- Año: 2021
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Fotografías:Luís Beltrán
Descripción enviada por el equipo del proyecto. A lo largo de la historia, el ser humano siempre ha necesitado generar virtualidad como liberación de las limitaciones del presente. Estamos inmersos en un espacio fragmentado que combina lo físico y lo virtual, mientras las fronteras entre estas dos dimensiones se hacen más porosas, fluidas, transformadoras y mutantes. Lo real converge con lo virtual en un ensamblaje de experiencias, el cuerpo físico y el virtual ya no se contradicen, sino que se entrelazan.
Una hiperrealidad, donde una superestructura secundaria ocupa casi el lugar de la materialidad real. El teórico José Esteban Muñoz defiende en Cruising Utopia una visión no binaria o queer del mundo, el rechazo del presente y la insistencia en la potencialidad de otros mundos posibles. Una estética queer que no es un escapismo de lo social, sino el mapa de las relaciones futuras.
Los cuerpos contemporáneos están formados por la interacción de elementos biológicos y sociales que muestran el sistema de identidades como una máquina en constante multiplicación, reconstrucción y destrucción. Esta nueva noción cambiante de identidad coincide con lo que ya anunciaba la teoría queer, la comprensión del ser humano como un constructo de préstamos, citas, proximidad... puro artificio, resistencia a la estandarización y reproducción de la multiplicidad de la vida. Cuerpos que practican el autodiseño a través de la transformación que tiene lugar tanto en las superficies pintadas como en la tridimensionalidad de los cuerpos físicos y los artefactos.
El autodiseño supone reescribir el interior, la psicología, la actitud política y los intereses en los medios externos: en la apariencia física, en la comunicación a través de la moda, en los objetos que nos rodean, en los espacios que habitamos... a través del autodiseño, el sujeto contemporáneo es capaz de experimentar la multiplicidad del ser. La posibilidad de salir de la propia identidad, rompiendo con la unidad o el origen, para ensayar los diferentes anhelos del yo. El espacio arquitectónico doméstico actúa así como un elemento en constante interacción con la virtualidad autodiseñada, facilitando la inclusión de la diversidad, la multiplicidad del ser y la singularidad para ensayar nuevas formas de vida que permitan al usuario ser el artefacto de su propia identidad.
En el pensamiento de Spinoza, la expansión, la transformación, el desarrollo y la diferenciación se correlacionan con la libertad del individuo. Un modelo basado en la heterogeneidad, la inclusividad y el cambio. La intensa gama cromática de azules y verdes, luces, texturas, aceros, plásticos y vidrios, formas puras y deformadas... conforman una red de asociaciones que se revelan en las interacciones con la superficialidad de los cuerpos. Una superficialidad entendida como medio de comunicación que incorpora gradientes de diferencia que modulan el espesor, la porosidad, la transparencia o la absorción térmica. De este modo, las atmósferas o ambientes se convierten en una proyección de la propia virtualidad del usuario.
La tensión entre los materiales y su forma evidencia la técnica de diseño y su producción, utilizando técnicas de impresión 3D con diferentes acabados industriales, corte láser de metal y vidrio texturizado. Todos conocemos las promesas de la impresión 3D, productos individualizados, formas liberadas de las limitaciones de la producción industrial moderna, intercambio de archivos para la producción en destino... Reyner Banham en su libro Theory and Design in the Early Machine Age, explica el paso de la "primera era de la máquina", basada en la producción en masa de objetos industriales en los que primaba su función mecánica; a la "segunda era de la máquina", en la que se empiezan a producir objetos individualizables y singulares.
Una transición que supone el paso hacia una noción ampliada de objeto, no sólo capaz de realizar una determinada función, sino también de modificar el entorno a partir de su presencia, modificando y liberando al individuo, como una extensión del propio cuerpo humano. Pero lo que más me interesa de la impresión 3D es como artefacto mediador entre la virtualidad y la realidad, una extensión del propio cuerpo que cortocircuita la distinción entre naturaleza y cultura, como una transnaturaleza en constante desnaturalización y artificialización. Nos encontramos inmersos en un compuesto social en el que se difuminan los límites entre seres vivos y no vivos, un continuo naturaleza-cultura.
