Como parte de una iniciativa de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, se convocó a un concurso nacional para diseñar un prototipo de vivienda asequible en Los Pirules, Celaya Guanajuato. Actualmente, el Instituto Municipal de Vivienda de Celaya (IMUVI), cuenta con una reserva territorial al nororiente del Municipio, donde tienen considerado desarrollar un conjunto habitacional de Interés social. Por lo que en colaboración con la FCARM lanzaron dicha competencia para crear un hito impulsor de reflexiones arquitectónica sobre las posibilidades de la vivienda social y la ciudad. El prototipo debía ajustarse a la nueva situación económica y forma de habitar del 2022 y próximos años, enfocado a aportar alternativas y soluciones positivas que respondieran al contexto urbano, socio cultural y ambiental donde estará ubicado el conjunto habitacional.
La propuesta ganadora "Un Hogar, mil historias. Tectónica y flexibilidad en el paisaje doméstico" fue diseñada por un equipo de arquitectos y arquitectas conformado por Daniela Sánchez Pérez, Mariana Estrada González, Ricardo Ruíz González, Lucía Martín López, Luis Eduardo Guísar Benítez y José Muñoz Villers quienes desarrollaron un proyecto configurado a partir de un módulo que abarca las tres escalas del objeto urbano-arquitectónico. A través de su tectónica propone definir un paisaje doméstico, un paisaje arquitectónico y un paisaje urbano. En dichas escalas, rigen principios de flexibilidad, polivalencia, inclusión y accesibilidad, basados en el diseño biofílico y con perspectiva de género, que permiten que innumerables tipos de familias construyan y vivan su propia historia. Sigue leyendo para conocer la descripción del proyecto, descrita por el equipo de diseño.
"El paisaje doméstico se genera a partir de una célula espacial de 10.2 m², (3.2m por lado) que funge como componente básico de diseño, capaz de albergar todas las funciones de la vivienda (descanso, convivencia, higiene, recreación, trabajo, estudio y alimentación). La distribución estratégica de 5.5 células constituye la unidad de vivienda-tipo de 60 m², cuyo programa arquitectónico está cuidadosamente articulado para dar cabida a dos tipos de módulos: el primero, de espacio estático refiere a las instalaciones y a usos como la cocina, el baño y el lavadero. El segundo, de espacio polivalente, no jerárquico, permite el fácil intercambio de mobiliario y uso. El esquema incluye también un espacio “comodín” de 5.4m2 que puede ser apropiado y modificado por cada unidad de convivencia: ¿será una terraza-jardín, una alcoba, un área de tendido, una zona de juegos, un espacio de trabajo y/o estudio o un taller? El diseño biofílico y con perspectiva de género son también directrices que permiten que innumerables tipos de familia cuenten tanto de espacios de cuidado o reproductivos, como de espacios productivos necesarios de acuerdo a sus requerimientos particulares.
El paisaje arquitectónico se refiere a la forma en que se organizan los edificios y espacios públicos dentro del conjunto habitacional, así, la repetición de 143 células espaciales nos da como resultado 26 viviendas distribuidas en 4 niveles, de modo que en cada planta hay 8 viviendas dispuestas alrededor de un patio central. Estas conforman el edificio tipo. En cada edificio, la frontera entre el interior y el exterior se difumina en la planta baja, que presenta una fachada porosa y aporticada que vincula el resto de las viviendas por medio de un patio interior (impluvium), además, la vegetación y la iluminación natural contribuyen con la generación de un microclima y confort térmico.
El paisaje urbano se refiere a la relación del conjunto habitacional con su entorno. Si el ladrillo es a la célula espacial, lo que la vivienda es al edificio, el edificio entonces se transforma en módulo dentro del paisaje urbano mediante su repetición cuatro veces dentro del conjunto. Esta edificación regular y modular se siembra de manera dinámica en el lote aprovechando la forma irregular del mismo. Esto permite la exposición de las viviendas a múltiples orientaciones con lo que se obtiene una mejor distribución del calor."
De esta forma, el proyecto busca integrarse de manera armónica con el contexto urbano y natural en el que se encuentra. Las plantas bajas de los edificios se enlazan por medio de espacios de convivencia familiar, social, recreativa, deportiva y accesible para todos los habitantes, independientemente de su género, edad o condición física. El diseño biofílico es una parte fundamental del proyecto: se integran elementos naturales como áreas verdes y jardines verticales en la arquitectura para mejorar la calidad de vida de los habitantes.
Para más información visita FCARM.