Rebobinando hacia enero del año pasado los invitábamos a participar del concurso “Arquitectura Caliente”, promovido por el Colegio de Arquitectos y el Grupo Arquitectura Caliente y en el cual participan alumnos titulados en universidades chilenas entre Marzo de 2008 y Enero de 2010.
Los ganadores del concurso Arquitectura Caliente ya son de conocimiento público. De los proyectos presentados, el ganador correspondió al “Centro de agricultura urbana” de la arquitecta Pierina Benvenuto, ex-alumna de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En cuanto a los finalistas, los mencionamos a continuación:
Mención: Fundación Valdivia. Juan Pablo Alcalde, Pontificia Universidad Católica de Chile Mención: Escuela Industrial de Oficios. Felipe Sepúlveda, Universidad del Desarrollo Finalista: Conversión ex-fundición SIMA. Daniel Iraguen, Universidad Central Finalista: Comedor para trabajadores agrícolas. Patricio Jara, Universidad de Talca Finalista: Integración Costanera Center a circuito peatonal y comercial de Providencia. Josefina González, Pontificia Universidad Católica de Chile Finalista: Re-construcción de la vivienda en poblados patrimoniales. Bernardita Devilat, Pontificia Universidad Católica de Chile Finalista: Arquitectura a través de los 4 elementos. Catalina Milán, Universidad del Desarrollo Finalista: Parque educativo de Hidro-energía. Macarena Mandrú, Universidad Finis Terrae Finalista: Paseo Tajamares del Mapocho. Paulo Plass, Universidad Mayor
La propuesta ganadora la revisamos a continuación.
Arquitecto: Pierina Benvenuto Giorgetti Ubicación: North Lawndale, Chicago, Illinois, Estados Unidos Institución: Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor guía: Sebastián Gray Avins Año proyecto: 2009 Superficie: 88.000 m2 Renders: Cortesía Pierina Benvenuto Giorgetti
El proyecto consiste en una topografía cultivable, resultado de la intervencion de una vía elevada del ferrocarril en desuso en la ciudad de Chicago. Se propone la reutilizacion de esta infraestructura como un corredor verde productivo, posibilitando la ubicación de áreas de capacitación, producción, educación y una red de espacios públicos, jardines, plazas y huertos frutales abiertos a la comunidad. De esta manera, el proyecto re interpreta y enriquece el programa de un centro de agricultura urbana transformándolo en un parque urbano productivo.
La vía elevada del ferrocarril que formaba parte de un corredor industrial que servía a grandes manufactureras como Sears, Roebuck & Co. con sede en Chicago, es actualmente una ruina. El paisaje post industrial se compone de edificios en abandono y espacios que han retornado a su condición de pradera, creando un sistema de sitios eriazos, que en conjunto conforman un vacío de escala urbana en un estrato diferenciado de la ciudad. Esta infraestructura constituye además el límite norte de la comunidad de North Lawndale; reconocida por sus condiciones de segregación racial, perpetuación de pobreza, desempleo. Esta comunidad debido a la inexistencia de lugares de abastecimiento de alimentos frescos como supermercados o almacenes, forma parte de los “desiertos de comida” al oeste de la ciudad.
El diseño del Centro de Agricultura Urbana se apropia de parte del límite norte de North Lawndale constituyendo un corredor agrícola que se conecta al sistema de parques y corredores verdes de la ciudad. El tramo propuesto desde el Boulevard Independence hasta el Parque Douglas funciona además como un nuevo corredor ecológico entre ambos. La propuesta rompe el muro de cuatro metros de alto que contiene el terraplén del ferrocarril, para gradualmente mediar su relación con la calle a través de sitios eriazos que también son cultivados. Estos terrenos, propiedad de la ciudad, dictan la organización de accesos.
En síntesis, operar con la topografía, los cultivos y la reforestación según las condicionantes existentes de sus bordes, es la norma que rige el proyecto. Los requerimientos del programa, como sistemas de circulación diferenciados, permite el uso simultáneo del parque por parte de distintos tipos de usuario, sin interferir en el trabajo en zonas de cultivo e invernaderos. Estos sistemas generan espacios estanco destinados por ejemplo como áreas de educación ecológica de la comunidad; edificios institucionales con programas comunitarios; además las escuelas colindantes a las vías proveen de usuarios en forma permanente para las áreas de recreación y deporte.
Teniendo en consideración el impacto positivo de jardines y granjas urbanas en Estados Unidos, que han logrado lidiar con la pobreza, construir áreas verdes, creando un espacio para el compromiso civil. El proyecto presenta una oportunidad de relacionar productividad local, educación y espacio público, para restaurar y cultivar espacios subutilizados en Chicago. Un parque urbano productivo que apuesta al desarrollo comunitario y a la solución de problemas, como la inseguridad alimentaria, mediante un manejo paisajístico de terrenos para su uso en actividades relacionadas a la agricultura en la ciudad.
