Hoy se anunció el ganador del Premio Pritzker 2011: Eduardo Souto de Moura.
El arquitecto Portugués de 58 años comenzó trabajando junto a Alvaro Siza, quién también fue premiado con el Pritzker, el año 1992. Abrió su propia oficina en 1980, iniciando una destacada trayectoria que cuenta al día de hoy más de 60 proyectos, la mayoría de ellos en Portugal, y también en España, Alemania, Italia, Reino Unido y Suiza.
“Durante las últimas tres décadas, Eduardo Souto de Moura ha producido un trabajo contemporáneo, pero que al mismo tiempo hace eco de las tradiciones arquitectónicas. Sus edificios poseen la habilidad única de transmitir caracteres aparentemente incompatibles – poder y modestia, coraje y sutileza, fuerte carácter público e intimidad – al mismo tiempo.”
- Lord Palumbo, Chairman del jurado.
Dentro de sus obras más destacadas encontramos el Estadio de Braga (2004), una imponente estructura de hormigón que aprovecha la topografía del sitio delimitar el edificio, cumpliendo con lo que Souto de Moura denomina buena arquitectura: la coexistencia de lo natural con lo hecho por el hombre.
Otra de las obras destacadas por el jurado fue la Torre de Burgos, terminada el año 2007 en Porto, su ciudad natal: Dos edificios, uno vertical y uno horizontal en distintas escalas, capaces de dialogar entre sí y con el paisaje urbano. Para Souto de Moura fue todo un desafío: “Una torre de 20 pisos de oficinas es un projecto inusual para mí. Empecé mi carrera haciendo viviendas unifamiliares”.
Y sin duda vivienda ha sido lo que más ha diseñado durante su carrera, con partidos generales muy potentes. El jurado destacó la Casa Nº2 en Bom Jesus por su “peculiar riqueza a través de las delicadas bandas de hormigón de sus muros exteriores”. Sobre esta, Souto de Moura ha dicho que “al estar el sitio en una pendiente empinada mirando sobre Braga, decidimos no hacer un gran volumen puesto en la cima. A cambio, hicimos una construcción en 5 terrazas con muros de contención, con una función diferente para cada terraza — árboles frutales en el nivel inferior, luego una piscinas, las partes principales de la casa en la siguiente, los dormitorios en la cuarta terraza, y luego en la parte superior plantamos un bosque”.
Entre su obra más reciente encontramos el Museo Casa das Histórias, dedicado a la obra de la pintora portuguesa Paula Rego. “Cuando la pintora me escogió como su arquitecto, tuve la suerte de escoger el sitio. Este estaba rodeado de un bosque con un claro en la mitad. En base a la elevación de los árboles, propuse una serie de volumenes de alturas variables. Desarrollando este juego entre lo artificial y lo natural, me ayudó para definir el color exterior, concreto pigmentado rojo, un color contrapuesto al verde del bosque. Dos grandes pirámides a lo largo del eje de entrada evitaron que el proyecto fuera una neutral suma de cajas”.