Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situada en una parcela triangular cercano a la entrada de la ciudad, este proyecto es parte de la creación de un nuevo centro cívico cercano al barrio histórico.
La comisaría de policía
está en el borde de lo que es esencialmente una zona de pabellones en las afueras de la puerta Norte de la ciudad medieval de Provins. Un lugar que, en el año 2001, se añadió a la Lista del Patrimonio Mundial. Esta posición altamente simbólica le da al edificio un estatus importante: el deber mantener la continuidad entre los barrios residenciales del norte y el centro histórico del lado sur, y ser dignos de tal en todas sus caras, incluso cuando se ve desde arriba.
Esta continuidad urbana se ve favorecida por el uso de una base única y continua. A partir de ahí, crece una forma compacta, destacando la presencia del edificio en todo su entorno.
La base - que incluye el muro de contención, la planta baja y el estacionamiento - está en el exterior de una pared de concreto recubierta con una piedra local blanca. El techo verde ayuda a suavizar el edificio cuando se ve desde un punto a mayor altura. La iluminación artificial, integrada dentro de la pared exterior,marca la base. Esto le entrega a la funcionalidad del edificio con un aire de nobleza. Además, se garantiza su protección y su relación con la historia de la ciudad.
El edificio parece estar suspendido, haciendo hincapié en el carácter contemporáneo del proyecto y reafirmando con claridad su vocación de un importante servicio público. Esta forma levantada contiene diversas oficinas modulares. Esto le deja espacio a un vidrio continuo en las superficies exteriores para filtrar la luz natural que entra a las oficinas. Los recintos más privados están protegidos con un espesor de hormigón perforado en ciertas partes para dejar entrar la luz a través de ventanas vidriadas.
El frente (o costado occidental) que mira al paseo costero, está hecho de un manto de vidrio con listones de cobre en ángulo, logrando con esto una extensión de la superficie cubierta. Su tratamiento, en contraste con el espesor de las láminas de mineral de las otras tres fachadas, resalta el aspecto frontal de la comisaría de policía, abierto a la ciudad, pero muy protegido a la vez.
El edificio visto como la entrada a la ciudad, un vínculo y una institución.
Este edificio compacto favorece la correlación entre los servicios, dejándolos a la vez independientes. Los costos de operación se redujeron. Los materiales del proyecto se fueron adaptando a sus funciones, requiriendo poca mantención. Las láminas metálicas de la fachada principal aseguran la iluminación natural y vistas espectaculares, manteniendo la protección de los rayos solares y la confidencialidad del trabajo que se realiza en el interior. La envolvente metálica se separa 60 centímetros de la fachada para permitir la circulación del personal de mantenimiento.
El patio y la logia que recorren a lo largo de la costanera traen luz y vida natural al corazón de la comisaría de policías. El patio central actúa como punto de referencia y como lugar de encuentro que sirve como elemento que vincula los servicios. Éste ayuda a la iluminación interior, creando transparencias y ventilación en algunos espacios. El proyecto se preocupa de la evolución del edificio, apoyándose en la estructura en base a poste y viga para dejar el espacio interior libre para el movimiento interior y cambios dentro de los recintos. Se pueden añadir servicios o reubicarlos, conservando la estructura espacial, la luz natural y el fluidez de la organización general de ese nivel.
