Casa L / Christian Pottgiesser

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Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa L, surge a partir de un antiguo invernadero del siglo 18 que formó parte en sus orígenes de un castillo en Yvelines, Francia. La estructura original de características patrimoniales, quería ser integrada a una vivienda preexistente que albergaba a una familia con cuatro hijos y cuyo espacio se había hecho muy reducido para sus integrantes. Por éstos motivos se le encarga el desarrollo del proyecto al arquitecto francés Christian Pottgiesser.

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Resultado de un continuo debate entre el arquitecto y el cliente, el programa tomó forma considerando las importantes limitaciones de su localización.  Tres perímetros rodeados de monumentos históricos, la obligación de mantener cubiertas de dos aguas, la conservación de una red de aguas residuales que divide el jardín y el deseo de los integrantes de la familia por tener cada uno su espacio personal.

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Mientras que el invernadero no es una parte obvia del proyecto y se fusiona con la nueva operación, la adición a la casa original se conecta con el viejo edificio por el lado este.

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Construido en una ladera, el edificio de roca contiene los espacios comunes de la familia y los mantiene arraigados al nivel de suelo.  Desde ahí, cinco torres de hormigón blancas con detalles en madera de pino, sobresalen visualmente desde el sólido pabellón. El techo de la base es accesible desde la ladera y esta cubierto con vegetación perenne, cañas de bambú clavadas en el suelo conforman un borde natural a modo de barandillas para los patios entre torres.

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Cada miembro de la familia tiene su propia torre con un área de acceso y un dormitorio. La torre de los padres, la de mayor tamaño entre las cinco, también tiene un patio en la cubierta y desde él se obtiene una vista privilegiada del desarrollo total del proyecto.

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Las áreas comunes aparte de conectar todas las torres del conjunto, otorgan un grato ambiente interior, naturalmente iluminado por la luz del día que atraviesa por las lucarnas que perforan el techo. Construido en hormigón y albañilería el bloque aporta masa térmica, lo que permite a las torres retener calor en invierno y estar frescas durante el verano.

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