Arquitectos: BKK Architects Ubicación: Victoria, Australia Equipo del proyecto: Simon Knott, Julian Kosloff, Tim Black, Lauren Dornau, Rory Hyde, George Huon, Michael Roper, Michael White, Adi Atic Constructor: Overend Constructions Ingeniero: Design Action Pty Ltd – Patrick Irwin Consultor de Construcción: Group II Building Surveyors Superficie: 322 m2 Fecha: 2008 Fotografías: Shannon McGrath
Sobre un terreno elevado, en medio de un pequeño bosque nativo con una serie de colinas hacia el norte, el Gran Muro de Warburton niega las vistas desde su acceso, presentándose como un muro-bloque mudo incrustado en el terreno. Este muro explora nuestro interés en cómo una línea dibujada llega a ser un muro que actúa reclamando espacio o marcando el territorio. En este punto, todavía se niegan las vistas. Al pasar a través de este muro por los comprimidos puntos de acceso, se revela el panorama al observador; y se exalta esta visual con un dramático ángulo del cielo falso. La cara interior del muro actúa como un dispositivo ancla, constante y omnipresente, a medida que uno se mueve por la casa. Es visible desde todos los espacios. Cada espacio se despliega de uno a otro a medida que cambia su planta. Este despliegue de espacio es sutil y dramático, como un viaje a través de la casa.
Este proyecto continua nuestra exploración de cómo los interiores participan con el paisaje. Esta relación es enfática y proporcional con el poder del paisaje australiano. No es un acercamiento de “tocar la tierra suavemente”. La relación es simbólica más que subordinada. El gran muro actúa como un ancla para la casa, integrándola al paisaje. Nos fascina el poder de los edificios; el acto cultural y político de construir muros en el paisaje; cómo reclamamos territorio y habitamos el paisaje.
Estamos interesados tanto en el viaje hacia la casa, como a través de ella. Los niveles entre cielo y piso están manipulados para modular el espacio de este viaje. Los cambios de nivel están ubicados estratégicamente para demarcar zonas de estar específica así como contribuir al sentido de viaje que los habitantes encuentran a medida que navegan a lo largo del muro. La delgadez de la planta (nunca más de un recinto y un pasillo) continuamente empuja al ocupante hacia el espacio sobre el paisaje. Cada espacio interior se convierte en un dispositivo estructural con una variación sutil en la perspectiva desde cada recinto.
