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Arquitectos: Omer Arbel
- Año: 2010
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Fotografías:Nick Lehoux, Omer Arbel
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Diseñada por Omer Arbel, la Casa 23,2 es una vivienda para una familia construida sobre una gran superficie rural en las afueras de Vancouver en la costa oeste de Canadá. Hay una suave pendiente de este a oeste y dos masas de bosque que definen dos "salas al aire libre", cada una con su propia ecología y con distintas condiciones de luz, la casa está situada en el punto de máxima tensión entre estos dos entornos, y define los dos como algo distinto, y también ofrece una transición entre ellos.
El diseño de la casa misma comenzó, como punto de partida, con un depósito de cien años de antigüedad, compuesto de vigas de abeto recuperadas de una serie de almacenes quemados. Las vigas eran de diferentes longitudes y dimensiones en sección transversal, y tenían proporciones asombrosas - algunas de hasta 20 metros, y 90 centímetros de alto. Se convino que las vigas fueran objetos sagrados en su estado actual y que no se les manipulara o acabara con ellos de ninguna manera.
Debido a que las vigas eran de diferentes longitudes y tamaños, el arquitecto necesito para lograr una geometría que fuera capaz de dar cabida a la enorme variedad en la dimensión, a la vez que permitir la posibilidad de narrar espacios legibles. Se instaló en una geometría triangular.
Se cruzaron los marcos de madera triangulares hechas de vigas recuperadas para crear el techo que actuaría como un segundo (y habitado) paisaje, trayendo este paisaje artificial sobre la suave pendiente del sitio. Los pliegues fueron manipulados para crear implícita y explícitamente relaciones entre el espacio interior y exterior de tal manera que todas las habitaciones interiores den a una sala exterior correspondiente.
Para maximizar la ambigüedad entre el espacio interior y el exterior, se quitó la definición de una esquina importante de cada habitación tirando de la estructura de respaldo de la esquina en sí misma, utilizando columnas de acero dobladas. También se introdujeron sistemas de acordeón en estas esquinas abiertas para que toda la fachada a ambos lados de cada esquina pudieran retractarse y desaparecer por completo.
