Daniel Libeskind en Brasil, Norman Foster en Argentina, César Pelli en Chile; grandes nombres de la arquitectura mundial se acercan a latinoamérica. En Europa y Asia, oficinas y arquitectos de renombre como Zaha Hadid, Peter Eisemann, Frank Gehry y Herzog & De Meuron han inaugurado proyectos logrando reactivar ciudades, haciéndolas más atractivas en un mundo que compite por poner sus ciudades en el mapa.
¿Debemos darle la bienvenida al Star System de la arquitectura en Latinoámerica?
La calidad de estos “edificios de autor” es discutible; pueden ser o no buenos edificios, algunos se adaptan de mejor manera a su contexto urbano y a las particularidades locales, en cambio otros quedan más bien aislados en su entorno. Lo importante es que la gran mayoría de ellos logra captar la atención del resto del mundo a través de la firma de sus arquitectos.
Finalmente, es una operación inmobiliaria de marketing que parece validarse al tener la capacidad de mejorar la imágen de una ciudad y lograr que esto genere beneficios en sus habitantes, como fue el caso del Museo de Guggenheim en Bilbao.
¿Pasará lo mismo en Latinoamérica?
¿Realmente ellos pueden hacer un aporte a nuestras ciudades para revitalizarlas frente al resto del mundo ? ¿Podríamos lograr este mismo objetivo a través de buenos proyectos sin importar el arquitecto que los firme?