- Área: 720 m²
- Año: 2009
-
Fotografías:Fernando Alda
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las claves en el desarrollo del proyecto se basan en las cualidades terapéuticas del espacio, en el que convergen preguntas y respuestas, se plantean problemas y se buscan soluciones.
Las funciones que contiene un centro de servicio social pueden clasificarse en un amplio y variado espectro que va desde el proceso administrativo a más allá de la atención psicológica.
Se ofrece la posibilidad de indagar sobre relaciones entre usos, dotar de determinadas propiedades a los espacios a través de la honestidad de los materiales, apropiarse de la vida y mantenerla dentro del edificio, sin limitarse a dar cobijo a determinadas funciones, evitando construir un contenedor desligado del mundo exterior.
Con todo esto, y tomando conciencia de la realidad que se precisa afrontar, son tres los elementos que formulan el enunciado: un programa no falto de necesidades, y con la complejidad de sus relaciones; una normativa urbanística que limita la altura y superficie construida, y un complicado solar resultado de la parcelación del extremo casi circular de una manzana, en la que el esquema tradicional de edificación en línea de fachada y corral al fondo de la parcela no requería mayores exigencias.
Se accede al edificio por el nivel intermedio, a un atrio que recorre las tres plantas, lo que invita a reconocer casi la totalidad del mismo de un golpe de vista, de manera que se transmita una cierta sensación de hospitalidad, huyendo de ciertos convencionalismos en cuanto a privacidad.
En esta línea, aquellos servicios destinados a colectivos se plantean con accesos casi inmediatos, mientras que los filtros que canalizan los servicios individualizados se minimizan.
La superposición de actividades, con relaciones visuales constantes y yuxtaposición de recorridos, ayuda a percibir la intencionada vocación catalizadora del edificio, en busca de la capacidad de transmitir una cierta sensación de optimismo.