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Arquitectos: Ana Lina Klotzman
- Área: 226 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Gustavo Frittegotto
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa G493 es una vivienda unifamiliar de uso temporario, ubicada en un típico lote de barrio cerrado privado, cuyo proyecto surge, fundamentalmente, de la búsqueda simultánea de la privacidad y el disfrute total del verde.
Con planta de base cuadrada, un movimiento en el muro del frente invita a entrar a la vez que amplía la separación con la calle y acentúa la perspectiva de acceso. La decisión de no cerrar todo el lote propio, sobre el este de la vivienda, permite incorporar la dimensión del espacio circundante, suavizar la escala de lo construido y poner en valor la distancia y el llano, caracterizadores del paisaje local.
Si nos ubicamos en un punto exacto, frente a la fachada principal, podemos construir un eje virtual con la mirada y trazar una continuidad entre:
1-el paisaje público, la escala de lo social, donde sobresale monte de eucaliptos y nogales que tomamos prestado como telón de fondo.
2- el paisaje reducido, propio, acotado por la arquitectura de un patio donde las especies elegidas dan cuenta de la alternancia de las estaciones.
3- el interior, o paisaje de lo íntimo.
4- la galería, donde la sucesión de dibujos geométricos de luz y sombra median con la escala del
5- patio, ese paisaje privado más extenso.
Sin embargo, con apenas movernos, este eje se quiebra por la disposición en ángulo de la trama de madera que contiene los ingresos, y la privacidad se concreta. La mirada de afuera hacia adentro se bloquea, mientras que desde adentro hacia afuera, la conexión es permanente, incluso desde la contra-fachada que se abre completamente al norte.
Esta fachada principal contiene, en su espesor de quebracho y en su potencia de hormigón, la sombra de los árboles, el brillo del sol, el vaivén del viento, el agua de lluvia bajando despacio; registra lo que pasa en el ambiente y lo pone en evidencia.
Es una casa de llanura, donde el orden de la estructura, la austeridad y nobleza de los materiales, mesura de las proporciones, y la suavidad de las gestos, terminan de completar un todo que marca un pequeño silencio en un entorno de voces estridentes.