El arquitecto español Óscar M. Ares Álvarez nos presenta su segunda contribución en materia editorial sobre la obra de Hans Sharoun, arquitecto alemán y uno de los mayores exponentes de la arquitectura orgánica. Entre sus obras más reconocidas destacan la Sala de Conciertos de la Filarmónica de Berlín y la Casa Schminke en Löbau.
“La planificación urbana realizada por Scharoun es una muestra de creatividad y heterogeneidad. El arquitecto de Bremen intentó romper la monotonía de la ordenación por filas definida por el Movimiento Moderno y categorizadas en el II CIAM celebrado en Frankfurt realizando un auténtico “tour de forcé” formal: combinó tramos curvos con rectos, bloques cortos con otros exageradamente largos o enfrentó perpendicularmente unas unidades respecto de otras”. Lee el texto completo a continuación
En 1928, el stadtplanung de Berlín, el arquitecto Martín Wagner, convenció a la municipalidad sobre la conveniencia de emprender el desarrollo de un programa que contemplase la creación de grandes barrios residenciales. Los quince millones de marcos que consiguió para tal empresa sirvieron para desarrollar dos de las mayores siedlung de la República de Weimar: Charlottenburg-Nord en Siemensstadt (conocida simplemente como Siemensstadt por su proximidad a la fábrica Siemens) y Weiss Stadt (Ciudad Blanca) en Reinickendorf.
Para la planificación de Siemensstadt se convocó un concurso interno entre los arquitectos modernos alemanes que estaban agrupados en torno al movimiento Der Ring; resultando ganador Hans Scharoun (1893-1972). Los números muestran el calibre de la intervención: 1.370 alojamientos en pisos [1], sobre una superficie de casi 14 hectáreas de las cuales 11,10 eran ajardinadas. La ejecución de las obras se realizaría en dos fases: una primera, de 1929 a 1930; y una segunda, inmediatamente posterior, de 1930 a 1931.
La planificación urbana realizada por Scharoun es una muestra de creatividad y heterogeneidad. El arquitecto de Bremen intentó romper la monotonía de la ordenación por filas definida por el Movimiento Moderno y categorizadas en el II CIAM celebrado en Frankfurt realizando un autentico “tour de forcé” formal: combinó tramos curvos con rectos, bloques cortos con otros exageradamente largos o enfrentó perpendicularmente unas unidades respecto de otras. Scharoun apostaba por un urbanismo visual, menos intelectual, alejado de los postulados más racionales como el que desarrollase Mart Stam para la Siedlung de Hellerhof (Frankfurt, 1929-32), o Ernst May en la de Westhausen (Frankfurt, 1929-31).
La distribución de las masas edificatorias atendiendo a criterios de percepción fue una de las estrategias de proyecto que fundamentaron la obra del arquitecto alemán. Las arquitecturas que poblaron Siemensstadt fueron realizadas por arquitectos próximos a Der Ring, como el propio Scharoun, Walter Gropius, Hugo Häring; Otto Bartning, Fred Forbat y Paul Rudolf Henning.
A finales de la década de los años veinte, el movimiento de la masa y el desarrollo del espacio central se habían convertido en principios de la arquitectura de Scharoun, tal y como reflejó en dos de sus más importantes realizaciones de la época: la residencia para la exposición Werkbund de Polonia (Wrolaw, 1928-1929) y su conocida casa Schminke (Löbau,1930-33). Siemensstadt se convertiría en un campo propicio para el desarrollo de ambos conceptos.
La forma en embudo que precede a la entrada por la calle Jungfernheide debe entenderse desde planteamientos visuales y no conforme a criterios de distribución funcional. La inflexión del bloque de viviendas situado a la derecha del acceso sirve para ocultar la vía del tren que discurre tras él. Conforme a la misma lógica debe entenderse la disposición del gran bloque en hilera, zeilenbau, que Scharoun dispuso en la Goebel Strasse y que construiría Otto Bartning. La ubicación de estos bloques de vivienda no atiende a un estricto orden funcional – conforme a las directrices definidas en el II CIAM de Frankfurt, celebrado tan solo un año antes – si no a una predisposición visual, perceptiva y sensorial. Ocultar el tráfico ferroviario y la emisión de ruidos al espacio urbano es la directriz que marca la ordenación formal; aunque eso suponga un perjuicio para las estancias habitacionales que asoman a dicha vía.
Aquella preocupación por lo visual quedó reflejada en la articulación de los edificios en peine. Frente a las monótonas organizaciones que nos podemos encontrar en otras siedlung – principalmente en Frankfurt – Scharoun deslizó las masas de unos bloques respecto a otros con el fin de esquivar la visión del bloque repetitivo; generando fugas y perspectivas que contribuyeron a enriquecer el espacio urbano.
En el área medular de la Siemensstadt Scharoun proyectó un gran parque. Los bloques situados en esta parte de la siedlung se relacionan perpendicularmente con este espacio-jardín y a modo de peine entre ellos – bloques que fueron proyectados por Hugo Häring y Paul R. Henning -; organizando en su intersticio una suerte de ámbitos arbolados de menor escala que facilitan la transición con el espacio central. Para el arquitecto alemán el parque debía ser el principio de organización formal; un gran área sobre el que debía desarrollarse la vida en comunidad. La centralidad sería una de los recursos que con más asiduidad emplearía en la arquitectura posterior a la segunda guerra mundial; siendo Siemensstand un ámbito en el que pudo experimentarla a escala urbana. El recurso del espacio central en la casa Baensch (Berlín, 1934-35) o la Casa Schminke (Löbau, 1930-33) anticipan proyectos en los que su empleo es parte definitoria de su formalización, como posteriormente los serían la Filarmónica de Berlín (1956-63) o la Biblioteca Nacional (Berlín, 1964-1978).
Siemensstadt sería uno de los primeros ensayos que avanzan la necesidad de plantear cambios dentro de la vida comunitaria reclamando la necesidad de proyectar un ámbito central como espacio destinado a la vida común. A su vez, el movimiento de las masas edificatorias es reproducido a una escala urbana con el propósito de mejorar la calidad urbana del barrio, provocando situaciones de singularidad frente a disposiciones usuales y repetitivas; excepcionalidad, en vez de monotonía; o de ocultación/visión en vez de implantación de los edificios conforme al eje heliotérmico.
La planificación urbana de Siemensstadt anticipa una concepción alternativa al modo de entender la ciudad por quienes practicaron la modernidad; alejada de la ortodoxia de los congresos CIAM. Sachroun, a través de su praxis urbana, reivindica las distintas tendencias y el rechazo a la uniformidad con la que, y a pesar de lo escrito en los libros, se construyó el Movimiento Moderno.
[1] de 1+1/2 habitación ( 30% del total); 2 habitaciones (50%); 2+1/2 habitaciones (10%); y 3 habitaciones (10%)