Durante Junio se anunció el concurso para la selección preliminar de el Complejo – Hotel Paineiras, el que consistió en infraestructura cercana a los 14,000 mt2 a situarse en el parque nacional de Tijuca, uno de los centros turísticos mas importantes de Río de Janeiro y por lo demás declarado Reserva de la Biosfera de la Unesco en 1991. Este complejo se pensó para albergar un programa turístico con estaciones de transferencia, hotel y centro de convenciones entre otros. El concurso fue promovido por un Instituto de Preservación de la Biodiversidad, el Ministerio del Medio Ambiente y organizado por el Instituto de Arquitectos de Brasil, Rio de Janeiro.
El primer lugar lo obtuvo la oficina paulista Estudio América, compuesto Carlos Garcia, Guilherme Lemke Motta, Lucas Fehr, Marcus Vinicius Damon y Mario Figueroa. Revisamos la propuesta después del salto.
La oportunidad en la Floresta Proyectar un complejo dentro de la mayor floresta urbana del planeta , la “Floresta da Tijuca” , puede al principio parecer una contradicción. Un territorio que se constituye como el gran pulmón verde el Rio de Janeiro debería, en una primera aproximación, ser intocable. Pero el enorme flujo de personas que diariamente se dirigen a una de las “siete maravillas” del mundo moderno, el Cristo Redentor, subvierte esa lógica original. ¿Cómo acomodar esta aparente incompatibilidad? Surge la posibilidad de transformarse este antagonismo en una oportunidad positiva. Más allá de la resolución de los complicados flujos, podría se aprovechar el pasaje de más de 6.000 turistas/día para informarles y concientizarlos de las riquezas de la floresta y de la importancia de su preservación.
La opción por el paisaje El concurso coloca un problema crucial para el proyecto: el gran número de vehículos que deberían ser recibidos dentro del Parque Nacional da Tijuca. Esto exigió una opción de partido que confronta dos situaciones bastantes distintas: o se elevaba el estacionamiento , obstruyendo las visuales del paisaje y con el comprometimiento del carácter local ,o se acomodaba el estacionamiento al terreno, liberando el paisaje y las visuales a los visitantes, por medio de un corte , relativamente pequeño si comparado a la importancia de esta nueva infraestructura y a la escala monumental de la naturaleza.
La estrategia del proyecto frente a la historia Un edificio es testigo de la vida y de la arquitectura de su tiempo. Por eso , como estrategia proyectual , se considera conveniente la clara demarcación de las épocas de intervención. Se propone recuperar los edificios originales que reciben adiciones claramente identificables y justificables, necesarias para las nuevas funciones anteriormente no contempladas por la historia.
Ordenar los usos y los flujos El proyecto ordena los distintos flujos y interferencias que suceden en el local.son situaciones extremamente complejas pues existe interferencias entre el recorrido de los transportes municipales que hace el proyecto Paineiras Corcovado , el transporte de las agencias de turismo que viene de la ciudad , así como taxis y vehículos particulares , además de la necesidad de un gran número de plazas, el embarque y desembarque del tren del Corcovado y de la absoluta necesidad de preservar la fluidez del tráfico en la Carretera de la Paineiras.
La solución del problema El partido del proyecto considera como prioridad el paseo, como esencia de sentido de estar en el Parque, y el paisaje , como protagonista exuberante. Para suavizar la implantación de la Estación de Transferencia , su cubierta un techo jardín permeado de vacíos, una nueva topografía porosa, que configura un paseo en que se conecta todo el complejo: estación, estacionamientos, estación del tren, hotel, salas de exposición, restaurante, café, casino, y centro de convenciones.
El programa fue distribuido conforme las posibilidades de las edificaciones existentes, pensando siempre en una lógica de utilización integral de los espacios. Los turistas y los huéspedes tendrán la posibilidad de pasear por los nuevos circuitos de la cota de las plazas y de la cubierta jardín, un verdadero mosaico de especies de la “Mata Atlântica”. A lo largo del paseo , un suave plano inclinado baja desde la plataforma del tren de la estación Paineiras, se puede apreciar un muestrario de la flora , un museo a cielo abierto, con informaciones y datos ecológicos. Se pasa por la Plaza del Tren, donde, al lado de espejos de agua, están las tiendas. El recorrido termina en el Pabellón del Café, un antiguo cobertizo de 1915, con una vista del paisaje de donde se puede ver la Laguna Rodrigo de Freitas , Ipanema y el Mar. Mas antes en la Plaza del Hotel, se encuentran los espacios de exposición y recepción del hotel. Allí , en el primer piso, se reviro la pared del fondo para que mas luz penetrase y se pudiera descortinar la rocha que se transforma así en un paño de fondo deste espacio. En el subsuelo, queda todo el apoyo del hotel, con una única cocina central que atiende tanto al restaurante , como a la sandwichería y el café. Los antiguos departamentos, recuperados y adaptados, ocupan los mismos pavimentos originales de 1921, mas dos grandes vacíos proporcionan más luz, mejor aeración y una conexión visual con los demás pisos. Recibiendo el Centro de Convenciones, que tiene acceso independiente, un nuevo prisma es adicionado flotando sobre el edificio del hotel. Allí estarán el auditorio, salas de conferencia y las respectivas infraestructuras. Ahora entre el nuevo y el antiguo ,en el lugar de los departamentos del tercer piso que no constaban en el proyecto original, un nuevo restaurante panorámico disfruta de la bellísima vista hasta el mar.
Estúdio America
Autores Carlos Garcia Guilherme Lemke Motta _ Arquiteto Inscrito Lucas Fehr Marcus Vinicius Damon Mario Figueroa
Colaboradores Amanda Renz Christián Ribeiro Juliana Baldocchi Kalina Juzwiak Luiza Monserrat Mario do Val Pedro Lindenberg Tiago Collet
Consultores Luciano Castanho_ Hotelaria e Turismo Ricardo Dias _ Cálculo Estrutural
