Originalmente publicado en Metropolis Magazine como “Museos emblemáticos, renderizados en pan de jengibre,” Samuel Medina hace un seguimiento a un divertido proyecto que da a conocer edificios de fama mundial a través de distintos tipos de dulces.
Si Hansel y Gretel se hubieran tropezado con una de estas estructuras de azúcar, seguramente habrían tomado la dirección opuesta. Oscura, sombría y aprensiva, la arquitectura de confitería parece más provenir de El "Extraño Mundo de Jack". Sin embargo, el proyecto realizado por la artista Caitlin Levin, que utiliza alimentos para confeccionar su obra y, el fotógrafo Henry Hargreaves está sin duda en deuda con la gótica puesta en escena del mundo subterráneo, una tierra triste pero caprichosa, donde uno se puede encontrar con una retorcida doppelganger de chicle de Tate Modern o el MAXXI de Zaha Hadid.
Conoce más sobre el proceso detrás de este proyecto a continuación
Levin y Hargreaves hicieron estas creaciones de pan de jengibre para el Art Basel de este año. Con la ayuda de Dylan’s Candy Bar, la pareja formó una línea de cortadores de galletas de museos icónicos. Además de las estructuras mencionadas anteriormente, existe una versión pastosa del Guggenheim de Wright, con molinos de licor sobre las ventanas, un homenaje al Museo Soumaya de FR-EE de pelotas de caramelos y toffee; y clones de azúcar de las pirámides diseñadas por I.M. Pei para el Museo de Louvre. La pieza mas terrorífica del montón es el modelo del Museo Karuizawa en Nagano cuya punta, tipo origami, se representa con rectángulos de chocolate inclinado, caramelo y polvo agrio.
A través del lente de Hargreaves, los diversos dulces se transforman en verdaderos materiales de construcción. Estos se combinan con formas poco ortodoxas que no parecen adecuadas para el pan de jengibre, es decir, cuatro paredes y un techo, unidos por líneas gruesas de crema de vainilla. Este es por supuesto un reto artístico: por ejemplo, cómo representar paneles cristalinos utilizando pan de jengibre, o cómo hacer que una curva hiperbólica de chicles no se caiga. “No teníamos idea de si íbamos a ser capaces de sacar esto adelante,” admite Hargreaves, “Aprendimos mientras avanzábamos”
Después de finalmente haber descubierto la manera de fabricar la casa ideal de pan de jengibre, aún permanecía la pregunta de cómo fotografiarla. Levin y Hanrgreaves optaron por un enfoque más atmosférico, que privilegiara la perspectiva del ojo de pez en los edificios. De este modo, el edificio como unidad, un lollipop o sour roll toma la escala y gravedad visual del acero de la vida real y el hormigón. La “deliberada” paleta monocromática de las fotografías, por su parte, funcionan como el “antídoto”a los colores chillones y tonos imposibles propios de los caramelos que componen la arquitectura demandada.
El resultado puede parecer serio, pero, como señala Hargreaves, todavía son solo dulces. “Gran parte de lo que sucede durante Art Basel es elitista, y queríamos hacer algo que todo el mundo fuese capaz de disfrutar.”